Juan Antonio Martínezy Kike Montelongo, con la camisa del Ferreras. C7

El Ferreras hace escuela

El centenario club de La Isleta hace un llamamiento a niños y niñas para iniciar una escuelita de fútbol

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 27 de mayo 2025, 02:00

El club Ferreras es como el corazón de La Isleta, que nunca se rinde. El color rojo de su camisa es sangre de un esfuerzo irreductible que no ceja en su empeño de seguir latiendo, pese a las adversidades. Tiene, este club, un empecinamiento portuario. Su presidente, Juan Antonio Martínez, y el entrenador Kike Montelongo, son el sístole y la diástole de un sueño que sigue creciendo. Tras su recuperación de las brumas de la memoria, los dos ferreristas se afanan ahora en montar una «escuelita de fútbol» para niños y niñas. En Las Palmas de Gran Canaria ya reverbera el sonido de que el Ferreras ha vuelto a levantarse.

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El mismo escudo con el que equipo portuario saltó al campo por vez primera en 1920 será el que luzcan los niños y niñas que se inscriban en este proyecto.

Juan Antonio Martínez asegura que ya tiene todo el material disponible para iniciar el proyecto de la escuela de fútbol, que acogerá a niños y niñas con edades comprendidas entre los 3 y los 12 años. Camisas, pantalones, medias y ochenta balones aportados por la marca Joma esperan ya para dar una nueva vida al club que ha cumplido ya 105 años de vida y que llegó a militar en la Tercera División. La ficha será de 20 euros.

El presidente del Ferreras anima a los interesados a dirigirse al club y solicitar la inscripción en esta iniciativa con la que se quiere volver a teñir de rojo los campos de juego. Y no solo para enseñar fútbol, sino también los valores del respeto, del compañerismo y de la importancia del trabajo en equipo, como medios y fines de vida.

«Yo llevo toda la vida jugando al fútbol», explica Kike Montelongo, «primero lo hacía descalzo, luego con las botas del gallo y, ya más tarde, me hice árbitro y entrenador y nunca se me ha ocurrido chillar a ningún chiquillo». Remarca este comentario porque considera un error el nivel de exigencia que se está aplicando a los niños sin enseñarles antes otros valores y algunos aspectos tácticos del deporte, adaptados a cada edad. «He visto, incluso, insultar a los niños», lamenta, «los padres y madres de los futbolistas del Ferreras verán que aquí el comportamiento es tranquilo y eso es lo que nos llena».

En estos momentos, el club Ferreras cuenta ya con cuatro chiquillos inscritos en la escuelita y Martínez no oculta su deseo de llegar a la cifra de veinte para poder tener dos equipos activos. «Si vemos que vienen muchos niños y niñas ya nos plantearemos formar un equipo de cadetes y otro juvenil», señaló el presidente del club.

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Martínez quiere mantener la historia del club y también reeditar una ilusión personal, la misma que tuvo que aparcar cuando con 27 años dejó la formación de 182 niños en La Piscina, en La Isleta, porque le salió un trabajo en la estiba. «Me marché llorando», reconoce. Pero su historia con esta sociedad recreativa, cultural y deportiva no había acabado. El Ferreras no te deja tan fácilmente. Y hace seis años volvió a tomar las riendas de un club que, también con la ayuda del Cabildo de Gran Canaria, se levanta sobre los pilares de su historia, la de un equipo de trabajadores del Puerto que llegó a aportar cuatro jugadores a la UD Las Palmas.

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