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La Cruz de Piedra es cuidada por los vecinos. Arcadio Suárez
La Cruz de Piedra, un monumento sin papeles

Las Palmas de Gran Canaria

La Cruz de Piedra, un monumento sin papeles

Un error burocrático dejó al monolito fuera del contrato de conservación municipal, un fallo que se trata ahora de subsanar

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 27 de febrero 2024, 22:42

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La Cruz de Piedra es oficialmente un monumento olvidado. Sin papeles. El monolito de basalto que ofició de antigua frontera de Las Palmas de Gran Canaria está fuera del contrato mediante el cual el Ayuntamiento de la capital protege y preserva su patrimonio físico; abandonado a su suerte sobre uno de los balcones del Guiniguada y conservada solo por el cuidado que algunos vecinos le ofrecen por su valor emocional.

Fijada a la tierra en 1737, la importancia de su valor histórico para una ciudad desmemoriada quedó fuera de la catalogación realizada por el gobierno de la ciudad para conservarla como merece. Ahora, apreciado ese error, desde el área de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad y Energía se están realizando los trámites pertinentes para solucionar su exclusión de la protección patrimonial municipal.

Así lo confirman desde la concejalía en cuestión. «La Cruz de Piedra es un bien monumental municipal que sin embargo no formaba parte del listado del que el Servicio de Mobiliario Urbano disponía cuando redactó el pliego de contratación para el mantenimiento, conservación y restauración del mobiliario monumental instalado en el termino municipal de Las Palmas de Gran Canaria que sí incluye otros 153 monumentos y que comenzó en mayo de 2023. Se trata de un error en el traspaso de información que recibió dicho Servicio que ya está en vías de subsanación», afirman.

La Cruz de Piedra lleva décadas viviendo en el ostracismo. Ocupada en ocasiones por coronas de flores con la que los vecinos la engalanan. Con motivo de efemérides o fiestas en el barrio que se encuentra en el eje del cruce entre San Francisco y el Lomo Apolinario.

Esa zona cero de la historia de la ciudad sufre un acusado abandono de su patrimonio histórico. Nada más evidente que el tramo que ocupa el castillo de San Francisco, antiguamente conocido como el del Rey o el del Paso Angosto, y la coronación de la muralla original de la ciudad sobre Mata y que acaba en la Punta del Diamante.

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En la pérdida de su información en el limbo burocrático de la cesión de competencias, desde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria aseguran estar abordando el asunto para actuar sobre este histórico elemento de la ciudad. «Tras la confirmación de que es propiedad municipal y dado el valor etnográfico de la Cruz de Piedra, es el propio Servicio de Mobiliario Urbano, dependiente de la Concejalía de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad y Energía, quien ha solicitado ya por escrito a Patrimonio la titularidad de la Cruz de Piedra para, a continuación, poder evaluar sus necesidades y realizar un contrato individual que permita su restauración y la de su entorno», exponen.

La concejala responsable del área, Gemma Martínez Soliño, indica que las actuaciones sobre el monumento se realizarán en breve. «No podemos permitirnos que una pieza de 1737 que funcionaba como entrada de Las Palmas de Gran Canaria, esté erosionada por no tener el mantenimiento adecuado y esté tan desconectada de su historia, que es la nuestra como ciudad. Ponerla en valor es cuidar nuestra historia y nuestra identidad, y vamos a hacerlo», asevera tras la publicación el pasado domingo en este periódico un reportaje sobre la soledad de la cruz.

Cuidada por los vecinos del barrio

En la actualidad la Cruz de Piedra se encuentra sola sobre un solar de suelo rústico. Algunos vecinos han actuado plantando algunas flores sobre cubos vacíos de pintura plástica y han adecentado la zona con una bandera con los colores de Canarias.

Solo unos pocos conocen su valor histórico. Que allí la ciudad limitaba con el antiguo municipio de San Lorenzo, desaparecido en 1939, y que su función original era la de dar descanso a los peregrinos que acompañaban a la Virgen del Pino en las bajadas hasta la catedral de Santa Ana.

Por eso, una de las demandas es que el monumento no sea solo una piedra esculpida en una superficie de cinco metros cuadrados. Que la actuación que se desarrolle no sea tan solo de mantenimiento, que también lleve aparejada una acción didáctica con la que la gente pueda conocer la historia y la relación icónica que el espacio tiene con el relato de la ciudad.

La Cruz de Piedra es uno de los monumentos más antiguos de Las Palmas de Gran Canaria pero es, a su vez, una gran desconocida. Pocas personas conocen su existencia y muchas pasan a diario cerca de ella sin tener ni idea de la historia que le acompaña. Que a lo largo de cuatro siglos ha sido desde una posición privilegiada del desarrollo de una ciudad que no ha parado de crecer sobre las huellas de su memoria sin compasión alguna.

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