La ciudad lucha con las palmeras enfermas
El censo de estos árboles en la capital pierde casi un millar de ejemplares durante los últimos seis años. Las infecciones y los frecuentes traslados son algunas causas
Dos palmas rodean, como ornamento protector, el escudo de armas de Las Palmas de Gran Canaria. Este elemento simboliza la relación de la ciudad que nació a orillas del Guiniguada y que tomó de estos árboles nombre y refugio. La capital siempre se pobló de palmeras, ejemplares poderosos que ofrecían sombra y eran motivo de orgullo. Hoy las arecáceas de la ciudad lucen tristes y están en peligro. Solo en los últimos seis años han desaparecido del paisaje urbano casi un millar de ejemplares, castigados por una serie de factores entre los que destacan las enfermedades y los alcorques estrechos.
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El pasado lunes cayó un ejemplar en pleno corazón turístico. Sobre el intercambiador de Santa Catalina una palmera se fracturó y desparramó sus hojas por el suelo. No es un caso aislado, pero su icónica ubicación visibiliza un serio problema que se extienden por los 100 kilómetros cuadrados que ocupa la ciudad.
Según datos ofrecidos por el área de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en el año 2017 coronaban la ciudad 23.564 palmeras. En el último censo, en el que no se consignan aún ejemplares talados o caídos en las últimas semanas, el dato es de 22.725.
Los ejemplares de palmeras municipales que se encuentran en espacios públicos, especialmente los del género Phoenix canarienses, padecen distintos factores que están propiciando este estado en el que se encuentran. Las plagas de diocalandra o de fusarium han venido provocando muchas afecciones en los últimos años. Pero no son el único motivo que propicia la degradación de la masa de palmeras de la ciudad.
Desde el gobierno local añaden una serie de razones, algunas de ellas relacionadas con la gestión del arbolado en la ciudad los últimos tiempos, que explican el deterioro actual. «También ha habido problemas porque están plantadas en calles estrechas que obligan a podas repetidas que las castigan en exceso; alcorques estrechos o la contaminación. A lo que hay que añadir el movimiento en los trasplantes en estos últimos años, que un alto número son fallidos».
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El caso de las palmeras en Las Palmas de Gran Canaria contrasta con el dato oficial sobre el resto del arbolado en las zonas ajardinadas de la ciudad. En el mismo espacio de seis años, el que ocurre entre 2017 y 2023, la capital ha crecido en su censo de árboles. Muy poco, pero lo ha hecho. Pasando de 36.304 a 36.612.
Lo que sí es evidente a los ojos del ciudadano es que muchos alcorques que acogían palmeras parecen hoy la escena de un crimen. Espacios en los que solo queda la base a la vista, como testimonio mudo de la vida que anteriormente crecía y daba sombra en ese lugar.
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Tras la reorganización de municipal que se produjo después de las elecciones del 28 de mayo este área está en manos de Gemma Martínez (Unidas Sí Podemos). La edil asegura que entre las prioridades que penden de su gestión está la conversión de Las Palmas de Gran Canaria en una ciudad que mime más el arbolado. «Estamos trabajando para mejorar la coordinación y la planificación de todas las actuaciones municipales relacionadas con el arbolado y las infraestructuras verdes en general porque nuestro objetivo está claro: una ciudad de futuro es una ciudad más verde, más amable y más comprometida con la vida», asevera la concejala.
La coordinación entre distintos departamentos del Ayuntamiento se sitúa como un eje motriz de la política de arbolado en la ciudad. De hecho en la agenda de Martínez se sitúa una reunión con Mauricio Roque, edil de Urbanismo, y José Eduardo Ramírez, responsable de Movilidad. Estos dos departamentos son los principales responsables de esos traslados de palmeras que rara vez resultan exitosos, y se quiere mejorar la coordinación con ambos para, a su vez, exigir un respeto mayor de los protocolos de protección del arbolado que deben aplicar las empresas subcontratadas para estas gestiones.
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Desde Parques y Jardines exponen que «se está trabajando en el desarrollo de un Plan Director de Infraestructura Verde urbana que nos permita concretar las líneas de trabajo estratégicas y prioritarias para mejorar y ampliar el verde urbano y potenciar el desarrollo sostenible de esta ciudad».
Estudios
La lucha contra las palmeras enfermas en Las Palmas de Gran Canaria se realiza con una mirada global. Desde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se trabaja junto a la Escuela Superior de Ciencias y Artes de Aplicadas de Göttingen, en Alemania, a través a su vez del Cabildo de Gran Canaria. Desde el área de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad y Energía, Accesibilidad, Parques y Jardines y Agricultura, Ganadería y Pesca aseguran «que nos está dando buenos resultados combatiendo la diocalandra (picudín de la palmera) con métodos biológicos».
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