Almatriche también barre la gestión de Limpieza
Los vecinos toman el relevo de los de la calle Portugal y usan sus cepillos para denunciar la falta de limpieza en sus calles
De un modo similar al que fueron prendiendo las revoluciones burguesas, en Las Palmas de Gran Canaria comienza a articularse un movimiento de crítica a la falta de limpieza de algunos barrios que consiste en sacar a la calle los cepillos en señal de protesta. La iniciativa que se inició en la calle Portugal, en el vecindario de Guanarteme, prendió este jueves en la zona de Almatriche, donde algunos vecinos salieron a las puertas de sus casas para barrer.
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La asociación Almatriche Bajo hizo el llamamiento a la rebelión de la limpieza. «Los vecinos se hartan de la suciedad y este jueves protestan con escobas y cepillos en las puertas de sus casas y edificios». Este fue el llamamiento con que el colectivo vecinal trató de movilizar a sus conciudadanos.
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La rebelión de los cepillos de la calle Portugal
La quedada sigue la estela de la protesta que el pasado fin de semana se realizó en la calle Portugal, pero en realidad no hace sino aprovechar un impulso natural que había surgido en el barrio, que no es otro que la decisión de muchos vecinos de salir a barrer su parte de la calle, la que marca el frontis de sus viviendas.
«Vimos que se están haciendo estas quedadas y decidimos hacerlas», explica el portavoz de la plataforma vecinal Almatriche Bajo, Fernando Miguel Micó, «lo que pasa es que como no podemos hacerlo a una hora concreta, les decimos a la gente que salga a la calle cuando pueda, que barra su acera..., es la forma que tenemos de quejarnos».
El representante vecinal asegura que «la barrendera que cubre el barrio viene una vez al mes y tiene que hacer Almatriche Alto y Almatriche Bajo, con lo que apenas tiene tiempo para hacer la carretera general, ya que también tiene que ir a otros barrios del distrito Tamaraceite-San Lorenzo-Tenoya».
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Según su versión, la situación es peor en la zona que en el servicio municipal de Limpieza se conoce como mirador de Siete Palmas y que se corresponde con la urbanización que está en torno a la calle Juan Hidalgo.
«El barrio está totalmente abandonado», describe Micó, quien relata que la planta conocida como rabo de gato «crece hasta un metro y medio de alto».
«Casi no podemos bajar de los coches porque todas las aceras de Juan Hidalgo están llenas de matojos, es impresionante el abandono, no hay ni baldeo», prosigue el portavoz de la asociación Almatriche Bajo, «solo vienen los camiones a recoger la basura de los contenedores, aunque no lo hacen los domingos».
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Asegura que han intentado ponerse en contacto con el concejal de Limpieza del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Héctor Alemán, pero hasta ahora no ha sido posible. «Parece que no se quiere reunir con nosotros», expuso Fernando Miguel Micó, quien señala las diferencias que existen en el trato con la anterior edila, Inmaculada Medina.
«Antes teníamos una relación semanal con Inmaculada Medina y cuando había desbordes de contenedores, se lo decíamos y al día siguiente los recogían; contenedores; y cuando había mucho rabo de gato, la llamábamos y al día siguiente se presentaba una cuadrilla y lo cortaba», expuso, «pero este concejal no contesta, parece que no quieren nada con nosotros, no hay manera de que nos reciban».
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Faltan 300 barrenderos
Desde el comité de empresa del servicio municipal de Limpieza Viaria, su presidente Marco García dijo entender el enfado vecinal. «La ciudad no está todo lo limpia que debiera para ser una capital de provincia y tampoco ofrece un servicio como el que tenía hace cinco o seis años», expuso, «entiendo que los ciudadanos protesten».
En su opinión, el principal problema que tiene Limpieza Viaria es la falta de personal, donde se necesitaría alrededor de 300 trabajadores para elevar el nivel de la prestación ofrecida.
Cree que se sigue parcheando el problema con la incorporación del personal en formación procedente del Instituto Municipal de Empleo y Formación (IMEF), pero al final esta mano de obra solo sirve para cubrir vacantes y vacaciones, sin llegar a reforzar el servicio de manera continuada.
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«Se lleva haciendo un sobresfuerzo con el personal, hasta el punto de que se están produciendo muchas bajas», prosiguió el presidente del comité de empresa de Limpieza Viaria.
«Lo que se produce en Almatriche no es otra cosa que el hartazgo con la situación del servicio», añadió García, «si antes el barrendero pasaba todos los días, ahora lo hace cada tres o cuatro días».
Este periódico intentó contar con la versión del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria respecto a la falta de limpieza denunciada por el colectivo vecinal, pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta alguna. Sí se produjo el baldeado de algunas calles de Almatriche ayer. También pasó en Guanarteme el día antes de la protesta vecinal.
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