«Mi hijo nació fallecido, pero está vivo y caminando, voy a agradecérselo a 'Pinito'»
Como cada 7 de septiembre los peregrinos se pusieron su ropa de deporte para caminar hacia la villa mariana y cumplir con sus compromisos visitando a la Virgen del Pino
Las promesas, aquellas que a veces son mejor no hacer porque puedes llevarte alguna desilusión, porque pueden no cumplirse o porque piensas «mejor no prometer nada, que luego será peor». Pero las promesas que se le hacen a la Virgen del Pino son diferentes, se le hacen a ella y sabes que ella no te va a fallar. Por eso, Liova, Nuria, Marta, Magui y Mónica caminaron desde distintos puntos de la isla a Teror. Por esa promesa que le hicieron a la Virgen y que sí se cumplió.
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Son muchas las personas que van gracias a que esa promesa se le cumplió. Es el caso de Liova Suárez. Su hijo «nació fallecido» con un daño cerebral y «después de 10 años está vivo y caminando». Se lo prometió a la Virgen del Pino y las promesas «hay que cumplirlas», concluyó.
«Mi abuelo estaba malito, salió de una situación grave y ahora tocaba cumplir la promesa yendo a Teror a darle las gracias a la Virgen del Pino»
Nuria Presa
Otra de las personas fue hacia Teror por un motivo similar. «Mi hijo tiene una enfermedad rara y a mi marido le dio un ictus, voy a Teror por ellos», comenta Magui Mujica antes de iniciar el camino hacia la villa mariana. A su esposo le dio un ictus en diciembre y espera «que se recupere lo antes posible». Esta peregrina consiguió llevar a su hijo de siete años al hospital de referencia de la enfermedad, pero le ha costado mucho y va a ver a la Virgen del Pino «con mucha emoción», finaliza Magui. Parecida es la promesa que hizo Nuria Presa a la Virgen del Pino. «Mi abuelo estaba malito, salió de una situación algo grave y ahora voy a cumplir la promesa a Teror», afirma acompañada de su amiga justo antes de emprender la marcha hacia la villa mariana.
Otro grupo de amigas que fue a Teror a cumplir sus respectivas promesas fueron Eva, Idafe, Bea y Marta. Esta última sube a agradecerle a la Virgen que distintos compromisos se cumplieron. «Los más importantes fueron que mis hijos nacieron bien y con salud», explica Marta Gómez junto a sus amigas y con el sol empezando a caer. La salud, es la misma promesa de Mónica Déniz, que junto a su amiga caminaron hasta Teror con la intención de pedirle a Pinito «mucha salud para mí, para mi familia y para todos». Ambas son «medias terorenses» y no faltan cada año. «Nos ponemos la ropa de deporte, las playeras y a continuar la tradición». Porque al igual que lo piensan estas peregrinas, muchos opinan lo mismo. «Teror tiene algo especial, algo que te hace cumplir con la promesa».
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