De la desidia de la Noria de Jinámar al ejemplo del Museo de la Zafra
Aunque el presente de muchos bienes industriales no es optimista, Amara Florido prefiere poner el acento en los ejemplos que ya existen de su recuperación
Si se le pregunta a Amara Florido, doctora en Historia del Arte por la ULPGC, por un bien industrial de primer nivel en Gran Canaria que urja recuperar, no tarda ni medio segundo en citar uno: la Noria de Jinámar, en Telde.
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El lamentable caso de abandono que sufre este curioso vestigio se antoja más lacerante en cuanto se sabe de su extraordinaria singularidad, un ingenio hidráulico de mediados del siglo XIX que es único en España y que justificaría tenerlo entre algodones. Pero es que, por si no fuera poco, es de propiedad pública, se restauró y se invirtió para convertirlo en un centro de interpretación, pero nunca abrió. Fue vandalizado y ahora sigue en el olvido y deteriorado. Otro bien muy valioso en peligro es la conservera de pescado de La Cantera (La Gomera).
Como contrapunto, esta especialista pone sobre la mesa el ejemplo del Museo de La Zafra, en Vecindario (Santa Lucía de Tirajana), puesto estos días de actualidad por la triste pérdida de su principal impulsor, el divulgador Pedro Grimón. El antiguo almacén de empaquetado de tomates de Los Betancores sirve de sede a un museo que hace de hilo conductor para trasladar al visitante a una época pasada y a un sector económico en extinción.
La Regenta y Museos Vivos de La Aldea
Para Amara Florido, y así lo manifestó en su curso en la Universidad de Verano de Maspalomas, las administraciones públicas tienen un papel esencial a la hora de «diseñar estrategias efectivas que incorporen al patrimonio industrial como un recurso activo para el desarrollo económico, social, cultural y turístico».
En esa tarea ha visto avances, aunque tímidos, y citó varios ejemplos, entre otros, el del Centro de Arte La Regenta, en la capital grancanaria, una feliz reconversión de una antigua fábrica de tabacos, o los Museos Vivos del Proyecto Comunitario de La Aldea, capaces de revalorizar zapaterías, carpinterías o molinos de gofio.
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