Críticas al trato al voluntariado y a la gestión actual en el Centro de Protección Animal de Santa Lucía
La asociación Carboneras denuncia las normas implantadas para visitar las instalaciones, que obligan a los voluntarios a pedir cita previa
La Asociación de Voluntarios de Protección Animal Carboneras (APAC), entidad legalmente constituida y con más de tres años de labor diaria en el Centro de Protección Animal Municipal de Santa Lucía, ha mostrado su profunda preocupación por la situación actual del centro, así como por el trato institucional hacia su trabajo voluntario, desinteresado y comprometido con el bienestar animal.
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Más de 30 personas participaron el pasado miércoles en una concentración pacífica y silenciosa frente a las oficinas del Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana. Con esta acción simbólica, pero firme, APAC denunció la mala gestión municipal y las normas implantadas recientemente para visitar el centro, ya que consideran que se retrocede en su gestión. «El bloqueo institucional al voluntariado, la ausencia de diálogo y la imposición de normas está provocando el hundimiento del centro», mantiene el colectivo.
El centro, que debería ser un espacio abierto a la participación y al compromiso de voluntarios por los animales, permanece cerrado al público, al voluntariado y a cualquier forma de colaboración externa, lo que contradice su propia razón de ser, expone APAC. «Denunciamos que con las nuevas medidas, el voluntariado se ve obligado a pedir cita previa para acudir al centro y poder ejercer su labor, una medida restrictiva que jamás había sido necesaria. Hasta hace poco, los voluntarios y voluntarias eran considerados un activo valioso, con libertad de acceso para garantizar el cuidado continuo de los animales. Esta nueva imposición supone una traba injustificada que debilita gravemente el funcionamiento del centro y margina la implicación ciudadana», sostiene el colectivo.
La actitud del responsable municipal ante nuestras propuestas, iniciativas y voluntad de diálogo «ha sido reiteradamente defensiva, personalista y poco dialogante. En lugar de reconocer el valor de quienes, de manera desinteresada, dedican su tiempo a mejorar las condiciones de vida de los animales, se ha optado por cerrar filas y excluir», agrega la asociación.
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