La piqueta zanja el litigio de 17 años en el hotel Riu Tres Islas, en Corralejo
Costas ·
En 2008, el Ministerio para la Transición Ecológica impuso una infracción grave por las obras de cuatro suites en la azotea del edificio
Ajenos a la demolición en la azotea del hotel Riu Tres Islas, los turistas cruzan y vuelven a cruzar las dunas de Corralejo, en el municipio de La Oliva. Es una mañana de playa, arena y luz en la que nadie repara en la malla azul de protección de obra que corona el establecimiento turístico de cinco estrellas, tampoco en la grúa amarilla kilométrica que baja el material del derribo en sacos blancos.
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La cadena hotelera empezó a echar abajo este lunes las cuatro suites ilegales levantadas en la azotea en 2007 y denunciadas por el Ministerio para la Transición Ecológica en 2008, lo que suman 17 años de tiras y aflojas entre la cadena hotelera y la Demarcación de Costas.
Ver 120 grados de paisaje desde cada habitación
Hasta el 17 de agosto, Riu prevé continuar con los trabajos sobre la sexta planta del hotel hasta dejar la azotea tal y como la concibió el arquitecto Miguel Fisac en 1976. El Premio Nacional de Arquitectura 2002 describió así su diseño:«Me lo encargó un grupo alemán que quería un hotel de cinco estrellas con 700 camas. Fue una oportunidad para emplear el hormigón blanco flexible de forma masiva y propuse unas pantallas que limitaban lateralmente las terrazas, para que desde cada habitación fuera posible ver 120º de paisaje, pero no las habitaciones vecinas».
Cuando el establecimiento turístico se construyó, la Ley de Costas vigente databa de 1969, ni nadie imaginaba que aquellas playas se catalogarían como espacio protegido con la categoría de parque natural.
La concesión administrativa en dominio público marítimo-terrestre se concedió al Tres Islas en virtud otra Ley de Costas, la de 1988, que derogaría la anterior. Y, en cuanto a la protección de las playas, llegó en 1982, aunque el hotel quedó fuera del Parque Natural de las Dunas de Corralejo por haberse construido mucho antes.
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Aún quedan más hitos y años en el devenir del inmueble, los que empiezan a importar en el litigio que ahora acaba a golpe de grúa y piqueta en el ecuador del verano majorero.
Hay que esperar al nuevo milenio, en concreta a 2007, para encontrar la raíz: Costas dio luz verde a la propietaria de entonces a realizar obras de mantenimiento de un hotel que -por mucha técnica de hormigón blanco en su fachada- ya superaba los 30 años. La única condición fue que no incrementará el volumen del edificio que se inspira en el perfil de la cercana isla de Lobos.
Esa condición se incumplió en 2008 en la azotea del hotel, a entender de la Demarcación de Costas, que impuso una infracción grave y la restitución del estado original. O sea la demolición de cuatro suites no contempladas en el proyecto inicial.
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Según la asociación ecologista Turcón, y como publicó DiarioFuerteventura, las obras ilegales ascienden a casi 3.000 metros cuadrados e incluyen «soláriums, jacuzzis, habitaciones adicionales y espacios no autorizados como gimnasios, peluquerías y salas de masaje».
Como no hubo acuerdo en varios años entre la ya entonces propietaria Riu y el Ministerio para la Transición Ecológica, incluyendo protestas de los 300 trabajadores durante meses a las puertas del hotel y ante todas las instancias políticas, el Gobierno central pasó a instar la caducidad de la concesión administrativa del Tres Islas en dominio público en 2021, que tocaba renovar hasta 2037.
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