Peregrinar a la Peña con conciencia ecológica

A la Peña se peregrina cada tercer viernes de septiembre en ropa deportiva, con la perrita de caza, a caballo, en grupo, por promesa, solo contigo mismo, con flores para la Virgen, por tradición, pensando en el bocadillo de pata, con conciencia ecológica, pero siempre con el corazón. Fuerteventura se convirtió un año más en una red de senderos que confluyen en el santuario de la patrona insular en Vega de Río Palmas, en Betancuria.

«Desde los nueve años peregrino a la Peña y tengo 40»: Francisco Barrios es el más hablador del grupo de diez que salió a las siete de la mañana de La Oliva. Son las 11.00 y están en los Llanos de la Concepción reunidos en torno al coche de avituallamiento que les puso la mesa de desayuno. «Llevo pensando en el bocadillo de pata desde Tindaya». No es sólo apetito, por delante le queda al grupo la subida hasta Morro Velosa que mata a cualquiera. «Por ahora vamos bien, con la cuesta cambia la cosa».

Quince bolsas de basura recogieron cuatro amigos que partieron desde Casillas del Ángel también a las siete de la mañana. Samuel Batista, Alan Saucedo, Arantxa Múgica y Mihai Florea son sin duda el grupo con más conciencia ecológica y también el más internacional porque Mihai es rumano. Con 'Caruso' correteando a su lado, habían subido el repecho de Velosa y Betancuria ya asomaba blanca y recoleta a lo lejos. «Pon que peregrinamos por salud, que eso es lo importante».

Poco más de una hora media tardaron en llegar los trece jinetes de la cuadra Victoria desde Valle de Santa Inés hasta el santuario de Vega de Río Palmas. «Es el cuarto año que venimos a la Peña», se oye entre los sonidos de los cascos.

'Tortosa' se llama la perra de caza de Nino Cabrera, cazador que partió desde temprano de La Matilla. Es uno de los tantos peregrinos que elige ir solo. «Toda la vida llevo viniendo a la Peña» y lo hace por promesa y para pedir salud para su familia a la patrona insular.

Con ramos de flores esperan en el santuario la cola para entrar a ver a la Virgen Isabel Vega, Nadia Martín y Yasmina Cabrera. Vinieron a la Vega de Río Palmas en guagua desde Antigua. «Vamos a pedir salud sobre todo a la Peña y paz, mucha paz, que no se nos puede olvidar en estos tiempos de guerra». Yasmina volverá por la noche caminando desde Agua de Bueyes, ya sin la ofrenda floral para la patrona, pero con el corazón.

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