Día de Canarias: celebración de logros y retos autonómicos

El Parlamento de Canarias se constituyó el 30 de mayo de 1983, cuando celebró su primera sesión oficial en Santa Cruz de Tenerife. Hace ahora 42 años que en esta sede se reunieron los primeros 60 canarios que tuvieron el honor y la responsabilidad de representar a los ciudadanos de las islas.

Este hito fue posible gracias a la aprobación del Estatuto de Autonomía en 1982, que supuso un antes y un después para Canarias. Hasta entonces, el archipiélago había estado sujeto a una administración centralizada que no siempre respondía a sus particularidades geográficas y socioeconómicas. Con este importante documento, Canarias obtuvo un marco normativo propio que le permitió gestionar sus recursos, definir sus políticas y establecer un gobierno autónomo con competencias específicas.

Este primer Estatuto definió el territorio del archipiélago, estableció la capitalidad compartida entre Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, y sentó las bases de las instituciones autonómicas: el Parlamento de Canarias, el Gobierno y el Presidente, así como los Cabildos Insulares y Ayuntamientos como entidades básicas de autogobierno. Además, recogió principios rectores como la promoción de la igualdad, la defensa de la identidad canaria, el desarrollo equilibrado entre islas y la solidaridad, alineados con el artículo 138 de la Constitución Española.

A partir de ese momento, Canarias puso en marcha políticas públicas adaptadas a la realidad insular, como la gestión de los recursos hídricos, el desarrollo turístico y la protección del medio ambiente. La sanidad y la educación también salieron fortalecidas con redes de hospitales y centros escolares gestionados desde la autonomía.

Pero no solo en lo económico y ambiental, sino también en lo social y cultural, los avances han sido evidentes. La promoción de festivales, la conservación del patrimonio, la protección de la lengua canaria y la lucha contra las desigualdades sociales han sido prioridades que han fortalecido nuestra identidad y cohesión social.

Pese a ello, algunas limitaciones competenciales y la imperiosa necesidad de adaptarse a los retos del siglo XXI impulsaron una reforma en 2018. Hace casi siete años, escribimos otro capítulo importante para nuestra tierra que culminó con un Estatuto de tercera generación y mucho más ambicioso.

De un Estatuto de Autonomía que contaba con 66 artículos pasamos a un texto con más de 200, que reforzó nuestras competencias autonómicas en áreas clave como turismo, medio ambiente y ordenación del territorio. Además se nos dotó de una mayor autonomía fiscal, se modificó nuestro sistema electoral y se consolidó el estatus de Canarias como región ultraperiférica.

Y hay otro hecho histórico que, como lanzaroteña, me van a permitir mencionar. Con este nuevo Estatuto perdimos un islote pero ganamos una Isla: La Graciosa, que pasó a ser reconocida oficialmente como la octava isla.

Por eso, en este día, es importante que reflexionemos sobre lo que hemos logrado y hacia dónde queremos ir. Nuestro Estatuto de Autonomía nos ha permitido desarrollar políticas y programas que responden a las necesidades específicas de nuestras islas y su gente. Sin embargo, también es cierto que todavía hay desafíos que debemos abordar para garantizar un futuro próspero para todos los canarios.

Dicho futuro pasa por diversificar nuestra economía y reducir las desigualdades sociales; consolidar nuestro autogobierno; y afrontar los retos de la insularidad, la lejanía y la fragmentación territorial. Somos un archipiélago, y aunque somos una bajo el mismo mar, lo cierto es que Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote, La Graciosa, Tenerife, La Palma, El Hierro y La Gomera presentan realidades y necesidades diversas, que no siempre son comunes.

Pero si hay algo que nos une, y debemos hacer valer, es nuestra posición en el mapa. Nuestra privilegiada situación geográfica como puerta sur de la Unión Europea y puente tricontinental entre América, África y Europa, nos convierte en una magnífica plataforma comercial y de negocios. Además, tenemos capacidad para ser referentes en energías renovables, innovación y cooperación internacional.

De ahí que sea fundamental que sigamos trabajando juntos para fortalecer nuestra autonomía y defender nuestros intereses. Debemos seguir impulsando políticas que promuevan el desarrollo económico, social y cultural de nuestras islas, y que garanticen la igualdad de oportunidades para todos los canarios, independientemente de la isla en que se nazca o viva.

Como presidenta del Parlamento, la casa de todos los canarios, reafirmo el compromiso de está Cámara para trabajar en la defensa de la igualdad, la inclusión y la participación ciudadana como herramientas claves para lograr una sociedad más cohesionada y justa.

Canarias debe seguir apostando por su autonomía, adaptándose a los nuevos desafíos y aprovechando las oportunidades que ofrece su singularidad geográfica y cultural. La historia de nuestro Estatuto es la historia de un pueblo que ha luchado por su identidad y su desarrollo, y que sigue avanzando con determinación hacia el futuro.

Que el espíritu de esta jornada nos inspire a seguir trabajando por una tierra de oportunidades y a seguir avanzando en democracia, igualdad y bienestar.

Feliz Día de Canarias: sigamos construyendo, juntos, el futuro que merecemos.