Spínola regresa a la política de la mano de Darias

Lo mismo me llama», pensó Francisco Hernández Spínola cuando conoció que Carolina Darias era la nueva ministra de Política Territorial y Función Pública. Y es que el nuevo secretario de Estado de Función Pública, cuyo cargo fue aprobado ayer por el Consejo de Ministros, une a su buena relación política con Darias el conocimiento de la casa, ya que fue subsecretario del Ministerio de Administraciones Públicas entre 1993 y 1995, con Jerónimo Saavedra como ministro.

Retirado de la primera línea política desde las elecciones autonómicas de 2015, tras su etapa como consejero de Presidencia, Spínola mostró ayer su satisfacción por volver a una administración que conoce y su «confianza y gratitud» a la ministra Darias por contar con él en esta etapa. El nuevo secretario de Estado no hizo ninguna declaración respecto a la materia en la que tendrá su desempeño pero a nivel personal sí indicó que es un «orgullo y una altísima responsabilidad» la que tendrá a partir de ahora y que asume este «reto tremendo» con humildad. «Espero estar a la altura», dijo.

Spínola aporta «conocimiento, mucha dedicación y experiencia» después de casi 40 años «de servicio». Está previsto que hoy tome posesión «administrativa» del cargo para empezar a trabajar y quizá más adelante se lleve a cabo un acto protocolario de presentación del nuevo equipo del Ministerio.

Además de poner «ganas e ilusión», insiste en que ha venido «a escuchar, a dialogar, a buscar entendimiento, a buscar y obtener acuerdos, especialmente con los representantes de los empleados públicos». A los trabajadores de la administración expresó su reconocimiento por la labor que realizan y con los que espera avanzar en la mejora del funcionamiento de las administraciones públicas «con las líneas estratégicas que definirá la ministra».

Desde la Secretaría de Estado de Función Pública será responsable de las direcciones generales de Función Pública, Gobernanza y de la Oficina de Conflicto de Intereses, así como de dos organismos autónomos, el Instituto nacional de la Función Pública y Muface.

Además de agradecer el nombramiento y la confianza a la ministra Carolina Darias, Spínola tuvo palabras de gratitud con el presidente del Gobierno canario y secretario general del PSOE, Ángel víctor torres, por su importante apoyo.

Trayectoria

Licenciado en Derecho y funcionario A1 del Cuerpo Superior de Administradores Generales, Spínola fue secretario general de la Presidencia del Gobierno de Canarias y secretario general técnico de la Consejería de Presidencia con Jerónimo Saavedra. Con él como ministro también desempeñó las funciones de subsecretario de los ministerios de Administraciones Públicas (1993-1995) y Educación y Ciencia (1995-1996). Ayer, en el capítulo de agradecimientos tras conocerse su nombramiento, Spínola se quiso acordar de Saavedra para expresarle su reconocimiento.

Diputado

Desde el año 2003, Hernández Spínola ocupó un escaño en el Parlamento de Canarias. A lo largo de estas tres legislaturas fue presidente y portavoz del Grupo Socialista. A finales de enero de 2015 -y en medio de un importante debate interno por las listas en el PSOE de Tenerife- anunció que no concurriría a las elecciones.

Consejero

Después de 18 años en la oposición, el Partido Socialista volvió a tocar poder en Canarias. Fue en 2011 y Spínola fue uno de los tres consejeros que sumó su partido tras el pacto con Coalición Canaria. En el Gobierno presidido por Paulino Rivero estuvo al frente de la Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad.

Vida orgánica

Además de su trayectoria institucional, la vida política de Spínola ha estado ligada a la parte orgánica del PSOE en las islas. Durante muchos años fue la persona que ponía cara al aparato del partido, más allá de los secretarios generales. En este recorrido, fue mano derecha de tres líderes: el fallecido Juan Carlos Alemán, Juan Fernando López Aguilar -el eurodiputado fue director del Gabinete del ministro cuando él era subsecretario de Estado- y José Miguel Pérez. Su gran conocimiento del partido y de la administración le volvieron casi indispensable a la hora de tratar con la maquinaria administrativa o cuando era preciso afrontar una negociación, ya fuera del Grupo Parlamentario o de un pacto de Gobierno. En todo este tiempo, su única discrepancia pública con un dirigente de su partido fue con López Aguilar, con quien rompió abruptamente y dejó la dirección «por una cuestión de dignidad».

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