El regreso de Pink Floyd

Tras 25 años de silencio, Roger Waters ha regresado a la actualidad musical con su mejor versión de Pink Floyd. Hace diez días salió al mercado su nuevo trabajo discográfico, Is this the Life We Really Want? (¿Es esta la vida que de verdad queremos?).

Si por el título le parece que Waters quiere dejar claras sus intenciones, no se equivoca. Lo corrobora cada una de las docena de canciones que componen este trabajo: When We Were Young;Déjà Vu; The Last Refugee; Picture That; Broken Bones; Bird in a Gale; The Most Beautiful Girl; Smell the Roses; Wait for Her; Oceans Apart; Part of Me Died y la que da título al álbum, Is This the Life We Really Want?

Si es fan de Pink Floyd escuchar este disco es como regresar a casa en Navidad y oler la canela de las truchas de batata. Es más, podrá reconocer sin género de dudas acordes, giros melódicos y ese inconfundible juego de sintetizadores que no dejaba de escuchar una y otra vez cuando se enganchó a The Wall y buscó todo lo que había hecho la banda hasta entonces. Pero no es lo único reconocible (esas voces salidas de una vieja radio en segundo plano, el sonido del helicóptero...)

La voz de Waters, aunque ajada por el paso de los años y menos desgarradora en los agudos, sigue siendo tan cautivadora como antes de ese silencio de 25 años. Y tampoco ha cambiado la esencia de sus letras: directas, críticas y sarcásticas. Y lo mejor de todo es que, aunque nos sea familiar, no es una copia del Waters de hace un cuarto de siglo.

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