El Partido Socialista Canario (PSC) vive hoy una jornada de votaciones. Pero esta vez no se trata de que un programa electoral o un candidato se someta a la consideración de los electores, sino de que los militantes decidan sobre quién ha de llevar las riendas del partido en el archipiélago. Esa votación y el posterior congreso regional deberán cerrar una larga etapa de interinidad que ha sido todavía más preocupante habida cuenta la trascendencia de algunos episodios de la política canaria, como la salida del propio PSC del Gobierno que preside Fernando Clavijo.
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Patricia Hernández, Ángel Víctor Torres y Juan Fernando López Aguilar aspiran a la secretaría regional y los tres, como se vio en el único debate celebrado en la campaña, tienen más puntos de coincidencia que los que teóricamente les impidió alcanzar un consenso en torno a una sola candidatura. Los tres reconocieron que el momento que atraviesa el PSC es decepcionante, desdibujado, sin una hoja de ruta clara y sin aparente capacidad para recuperar el brío y el pulso que siempre caracterizaron a esa formación. A nadie se le oculta que la aparición de nuevos actores en la política, y sobre todo en el espectro de la izquierda, como es el caso de Podemos, han trastocado el escenario, pero así como a nivel nacional se aprecia una recuperación del pulso interno, en las islas se ha ido prolongando un impasse que derivó en descoordinación entre la estructura regional, las insulares y las agrupaciones locales.
Esa sensación de orfandad que se ha extendido entre cargos públicos, orgánicos y, sobre todo, gran parte de la militancia debe acabar hoy mismo. Con tres candidatos en liza, habrá que ver si el resultado marca un liderazgo claro y fuerte. Pero tanto si así fuera como si no, a los tres les corresponde ser coherentes con lo dicho en campaña y especialmente en ese debate: la predisposición, gane quien gane, a tender puentes, reconstruyendo una unidad que es clave en una formación con tanta implantación territorial y que no puede renunciar a ser, como hasta la fecha, pieza clave en el tablero de la política canaria. Y más ahora, cuando la oposición parlamentaria puede ser determinante para marcar la agenda del poder ejecutivo.
Con personalismos, el PSC se debilita; con espíritu de equipo y más cultura de partido, ganan el PSC y Canarias en su conjunto.
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