Leía días atrás que 15 millones de personas habían llegado a nuestras islas en el último año para disfrutar de las mismas, ocho territorios totalmente diferentes, con sus paisajes únicos e identidades singulares. Fueron 15 millones de razones para estar orgullosos de vivir en estas islas que celebran su día grande.
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El Día de Canarias ha servido para que muchos de sus ciudadanos se apunten al amor por su tierra, aunque sea por el simple postureo de colgar un vídeo guapo de imágenes de las islas en Instagram o la bandera y sus playas en los estados del Whatsapp. Pero da igual, lo importante es que, al menos una vez al año, valoremos realmente en donde vivimos, una tierra que llamaron las Islas Afortunadas y por algo sería.
Hay que estar orgullosos de donde vivimos y lo que somos. Ciudadanos cosmopolitas, adaptados a los que nos visitan pero sin perder nuestras raíces, un pueblo tolerante pionero en la igualdad y que, por mucho que nos digan, seguiremos llamando papas a las patatas y chochos a los altramuces y, como no, acompañados de un buen botellín de Tropical ignorando a esas cervezas premiun que nos meten por los ojos para que seamos infieles a lo de siempre.
Canarias merece que nos sintamos orgullosos de vivir en ellas y por eso, debemos de aplaudir y valorar cuando artistas como los músicos Germán López, Yul Ballesteros, Yone Rodríguez, Mestisay o El Colorao -entre muchos otros- se atreven a dar el paso de salir fuera, cuanto más lejos mejor, para ofrecer nuevos ritmos pero impregnados con la raíz de una isa o una folía, sin complejos y orgullosos de ello.
Ese es el valor real de la gente que nos acompaña en estos ocho islotes en medio del Atlántico, que a pesar del aislamiento y la insularidad, han conseguido ser ejemplo de pueblo avanzado y capaz de atraer a 15 millones de personas.
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Les invito, a quienes no lo hayan hecho aún, a que visiten todas las islas porque siempre nos empeñamos en ver mundo sin conocer aún lo que tenemos aquí al lado. La lava de Lanzarote, el jable majorero, los roques de la cumbre grancanaria, el padre Teide tinerfeño, la laurisilva gomera, la caldera palmera o las sabinas herreñas. Un paraíso al alcance de todos del que tenemos que presumir, por supuesto, y más ahora con el 75% de descuento que tanto tardó en llegar.
Felicidades a esta tierra y todos sus habitantes, nacidos o no en Canarias. Es motivo para presumir, lo merecemos.
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