Horrendo crimen abre debate entre Gobierno y oposición en foro en Nicaragua
La muerte de nueve personas, siete de ellas de una misma familia, incluidos tres niños, centró este sábado el debate en la reanudación del diálogo nacional en Nicaragua con el que se espera superar una crisis sociopolítica que se ha cobrado 200 vidas.
Efe / Managua
Jueves, 16 de julio 2020, 18:12
El incendio de una casa en el barrio Carl Marx -este de Managua-, sobre cuya autoría hay diversas versiones, causó la muerte de siete miembros de una familia, los adultos calcinados en el lugar, mientras que lo menores, rescatados por los Bomberos, fallecieron en el hospital.
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Las versiones sobre lo sucedido difiere entre los vecinos. Así, la recopilada por los bomberos, apunta a "delincuentes encapuchados" que lanzaron al interior de la vivienda cócteles molotov provocando el incendio.
Otra versión de familiares y vecinos señalan que policías y fuerzas parapoliciales habrían prendido el incendio porque la familia se negó a prestar la parte alta para francotiradores y los amenazaron con disparar si salían de la casa mientras ardía.
La Policía informó de que ha creado un equipo técnico con investigadores y peritos de criminalística para realizar diligencias para el esclarecer los hecho.
Posteriormente, desconocidos asesinaron y quemaron a dos hombres en plena calle, cerca de donde ocurrió el incendio, según la Policía Nacional.
Durante la reanudación este sábado de la mesa de diálogo nacional, el obispo Rolado Álvarez de la Conferencia Episcopal de Nicaragua -mediadora y testigo del diálogo- pido el cese inmediato de la represión, la violencia, las amenazas, crímenes y asesinatos, que han causado tanto dolor a las familias nicaragüenses. "Esta mesa plenaria está inundada por el dolor", dijo.
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La delegación gubernamental, encabezada por el canciller Denis Moncada, que ha culpado a la población de todos los actos violentos registrados desde el 18 de abril pasado, cuando se inició la crisis, leyó los comunicados de la Dirección General de Bomberos y de la Policía Nacional sobre esos hechos.
La nota de los Bomberos señala que vecinos le informaron de que "delincuentes encapuchados" lanzaron al interior de la vivienda cócteles molotov provocando el incendio, donde murieron las siete personas.
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Por su parte, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, formada por empresarios, miembros de la sociedad civil, campesinos y universitarios, anunció que continuaba en el diálogo "bajo protesta" por el recrudecimiento de la violencia y asesinatos, según uno de sus representantes, Michael Healy.
Uno de sus representantes, Michale Heally, pidió al Gobierno que desmonte los grupos parapoliciales, a los que responsabilizó de que la familia falleciera calcinada. "Hay pruebas suficientes. Están en todas las redes sociales (...) Incendiaron la casa porque no los dejaron subirse al tercer piso para que pusieran francotiradores", acusó.
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El sindicalista y aliado del Gobierno,José Espinoza lamentó que la mesa del diálogo no haya sido capaz de frenar la violencia y que ahora hasta niños inocentes estén pagando con su vida.
"Las autoridades tienen una tarea muy grande y es esclarecer, perseguir y juzgar a los responsables de estos crímenes atroces que proyectan la imagen de Nicaragua como un país de salvajes", recriminó Espinoza.
El líder estudiantil Lesther Alemán demandó al Ejecutivo una "respuesta concreta del cese a la represión", porque mientras dialogan continúan las muertes y la violencia.
"Hemos sido payasos de todo el mundo, mientras la mesa del diálogo sigue bañada de sangre", apuntó Alemán, que en el inicio del diálogo, hace un mes, se enfrentó al presidente Daniel Ortega, y le llamó asesino.
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"Nos estamos convirtiendo en caínes, enemigos de nuestros propios hermanos", advirtió el periodista y analista político aliado del Gobierno, Adolfo Pastrán.
El dirigente campesino, Medardo Mairena, dijo que Ortega "no tiene capacidad para gobernar" y apuntó al Ejecutivo de ser "los únicos responsables de esta matanza en este país".
Nicaragua está sumida en una crisis sociopolítica que según organismos humanitarios ha dejado unos 200 muertos, sin incluir los nueve de hoy, la más sangrienta desde la década de 1980, cuando Ortega también era presidente.
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Las protestas contra Ortega, que lleva once años en el poder, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas a la seguridad social, y se convirtieron en una exigencia de renuncia con acusaciones de abuso y corrupción.
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