Trazos a pincel del 'malestar'
El otro, la identidad, la muerte propia y la ausencia son temas recurrentes en la obra de Juan José Valencia (Santa Cruz de Tenerife, 1980). Todos ellos están presentes en una muestra en solitario que, bajo el título de Malestar, se exhibe desde este jueves y hasta el próximo 13 de enero en la Galería Saro León.
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Infinidad de asuntos pueden producir malestar anímico, pero no todos compartimos sus causas porque en este terreno manda la subjetividad. Juan José Valencia lleva al lienzo y al papel los temas que le perturban. Temas recurrentes en sus obras y que unidos ofrecen una visión inquietante al observador. El «gabinete del malestar» es un ejemplo de ello. Se trata de un conjunto de pequeñas piezas realizadas en guache en las que hace guiños al cine, a la música y a sus propias fantasías. En este gabinete identificamos claramente escenas de American Beauty o El planeta de los simios. Otras, en cambio, cuestionan la memoria del espectador. En medio, además, Juan José Valencia expone sus propias pesadillas, un autorretrato mental que combina con otro físico para inmiscuirse en este mosaico. «Estamos en una crisis de la mismidad. Pero este gabinete del malestar, con su imagen abigarrada, no solo trata de un malestar local sino supranacional, hay una crisis mundial de identidad, de relación con el otro y con uno mismo», afirma el pintor. Dos grandes óleos presiden la muestra que inaugura este jueves el tinerfeño en la galería Saro León en la calle Villavicencio de la capital grancanaria. Entre lo figurativo y lo onírico ambos lienzos dialogan a través del azul del cielo de Arucas donde reside y de los mares y océanos de un globo terráqueo. «Me gusta que existan conexiones entre las obras», explica el artista. La ausencia también los conecta. Sin la figura humana la biblioteca que retrata Juan José Valencia invita al observador a pasar para llenarla mientras que la visión del cielo del segundo lienzo parece exigir al visitante que no deje de mirar su viaje hacia la inmensidad cósmica.
Sencillez. En otro lado de la sala se exponen otros dos óleos, de mediano y pequeño formato y dos grabados. El pincel de Valencia vuelve a reflejar el malestar y la diversidad en las dos primeras piezas mientras que la sencillez del dibujo de los grabados se recrea en la masificación de los centros de arte y el éxtasis.
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