"Setién nos está humillando"
No hay certezas sobre el futuro de Quique Setién en la UD más allá de mañana, cuando el equipo rinde visita al Eibar. La escalada de tensión entre los dirigentes del club y el técnico desde que éste anunció que no desea renovar su contrato no ha parado de crecer y amenaza con explosionar en cualquier momento.
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La fractura que separa a Quique Setién de sus superiores ya alcanza límites insostenibles. La derrota en Vigo, sumada a la mala imagen del equipo y a las declaraciones tras el encuentro del entrenador, ha tenido un efecto enormemente ofensivo en la zona noble de la UD. Si gustó poco que Setién se postulara a entrenar al Celta cuando fue cuestionado al respecto («es un equipo que podría cumplir con mis objetivos»), más indignó que, en posterior entrevista en los micrófonos del programa El Larguero de la Cadena Ser, sorprendiera con una afirmación que, en realidad, es un dardo envenenado: «Seguramente iría a otro equipo cobrando menos de lo que me ofrecía Las Palmas». La comisión deportiva del club entiende que es un claro menosprecio a los esfuerzos realizados, que llevaron a realizarle una oferta por cinco años y un montante global que alcanzaba los nueve millones de euros, y van más allá. «Nos está humillando a todos», aseguran desde la dirigencia, recordando, además, que sus palabras también van en contra de los futbolistas. En la sala de prensa de Balaídos llegó a cuestionar la competitividad de la plantilla aludiendo a su falta de experiencia, algo que sentó a cuerno quemado a algunos de sus integrantes cuando fueron informados al respecto. «Hay futbolistas que no pueden ni verlo», desvelan desde dentro.
Miguel Ángel Ramírez, Toni Cruz y Luis Helguera han mantenido varias conversaciones en las últimas horas en las que compartieron su perplejidad por los modos y maneras de Setién. No les pilla de sorpresa el tono altanero del entrenador, pues consideran que está tensando la cuerda sin medir las consecuencias que esto pueda tener.
Mañana la UD juega en Eibar, partido que se anuncia de colmillo por el buen buen momento del anfitrión, octavo clasificado y en pugna por jugar competición europea. Una derrota en Ipurua podría precipitar los acontecimientos y provocar el despido fulminante de Quique Setién. Porque más allá del ámbito deportivo se entiende que en nada colaboran sus continuas manifestaciones en contra de la concordia institucional. Que la permanencia ya esté garantizada (faltaría un triunfo y algún empate para desterrar cualquier carambola matemática) es un logro que se valora debidamente, pero lo que no se va a permitir es que el equipo entre en una deriva destructiva hasta el final del calendario. «Y lo que estamos viendo no nos gusta para nada y nos mantiene en alerta», matizan fuentes oficiales, que constatan «una enorme preocupación» por la mala dinámica de juego y resultados de Las Palmas, factor negativo al que se suma la displicencia que perciben en Setién.
El propio Setién es consciente de todo lo que se ha elevado la temperatura y, en apariencia, no se muestra afectado. Para nada contempla dimitir, una alternativa que se ha llegado a barajar en el orden interno, y, en todo caso, aguardará acontecimientos. Sabe que el tiempo corre a su favor porque figura en el escaparate como una de las piezas más apetecibles de los banquillos y que, pase lo que pase, su cotización no se va a resentir. Por eso se despacha cada vez que puede a su gusto y antojo.
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