Pacuco, de oro y brillantes
Y Pacuco Rosales lloró. Lo hizo al principio, cuando arrancó la presentación de su biografía, acto que colmó anoche el CICCA de personalidades, familiares, amigos y gentes del fútbol. También corrieron las lágrimas al final, tras el anuncio de Miguel Ángel Ramírez de que la UD Las Palmas le impondrá la insignia de oro y brillantes del club, la máxima distinción honorífica de la entidad.
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La próxima semana, en el transcurso del almuerzo navideño que celebrará la UD y que tendrá lugar el día 20 de diciembre en el antepalco del estadio, Ramírez «hará justicia» con Pacuco, con el que, reconoció, «se ha estado en deuda en los últimos años». Y nada mejor que otorgarle un privilegio exclusivo e imponerle la insignia más preciada y que colma todos los deseos del homenajeado.
Nadie esperaba un colofón tan excepcional como el que se dio y que sirvió para cerrar una velada cargada de emotividad, con la figura del homenajeado como eje principal de la presentación de Pacuco... Y punto. Pacuco Rosales no pudo reprimir sus emociones y, sobrecogido por las muestras de cariño recibidas, hasta tuvo dificultades hasta para pronunciar palabras en algunas tramos, ojos aguados y voz rota.
Pero, tal y como se había propuesto, se repuso y acabó divirtiendo al auditorio con anécdotas y detalles. Todo fue bajo la dirección del periodista de la Televisión Canaria José Luis Perdomo y en una mesa en la que, en torno a Pacuco, se dieron cita todas las autoridades de Gran Canaria, con el presidente del Cabildo, Antonio Morales, el alcalde capitalino, Augusto Hidalgo, Miguel Ángel Ramírez, máximo mandatario de la UD, y el presidente de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas, Antonio Suárez. En primerísima fila, el consejero de Deportes, Ángel Víctor Torres, el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, una nutrida representación del club, con Quique Setién y el capitán David García al frente, consejeros, exjugadores y exdirigentes... Historia viva, en definitiva, con leyendas también del fútbol regional, algunos llegados de otras islas para este agasajo, y aficionados de toda índole . Hasta Miguelo Betancor, en nombre del Herbalife Gran Canaria, ocupó su butaca.
Durante las alocuciones, en una pantalla gigante se fueron proyectando fotografías de todas las épocas vividas por el técnico, desde su infancia en el Porteño hasta sus últimas etapas en activo en los banquillos.
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Todos los presentes reconocieron, de manera unánime, los valores que, dentro y fuera del campo, ha sabido transmitir y contagiar Pacuco, poniéndolo como ejemplo para las generaciones venideras por la pasión que siempre destiló por la deportividad.
«Tengo que dar las gracias. Pensaba que me querían, pero no podía imaginar que de una manera tan grande como estoy viendo ahora», dijo un Pacuco que ya es de oro y brillantes.
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