La Paz, adaptación a casi 4.000 metros
Después de un largo viaje de unas quince horas desde Gran Canaria a La Paz, con escalas en Madrid y Santa Cruz, la expedición granacanaria que acompaña al luchador Juan Espino a la cima del volcán Parinacota ya duerme a cuatro grados a más de 4.000 metros de altura.
La Paz, capital administrativa de Bolivia, recibió la expedición Ralons BMW-Mini Gran Canaria despejada, pero a solo cuatro grados de temperatura. El aeropuerto de El Alto, junto a la ciudad de La Paz, es uno de los aeródromos internacionales más altos del mundo a 4.100 metros. Una circunstancia que hace que, nada más aterrizar, y con el majestuoso Huayna Potosí (6.050 metros) al fondo, el cuerpo comience a notar los rigores de la altura.
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Acelerar el paso ya supone un sobreesfuerzo, cargar con el petate hasta el vehículo que desplazó a los montañeros hasta la urbe boliviana, una odisea. Cansancio, mareos, todo empieza a girar con el mínimo gesto.
La Paz supone el primer punto de parada para el grupo capitaneado por Javi Cruz después de hacer escala en Santa Cruz. Ciudad de negocios donde se asientan las multinacionales esta última, su aeropuerto, el internacional Viru Viru, es la principal puerta de entrada del país a solo 800 metros de altitud.
Tras once horas de vuelo desde Madrid, otro avión más pequeño, en solo 50 minutos, elevó a la expedición al altiplano boliviano. La Paz es una ciudad caótica, laberíntica con millones de callejones y casas de adobe que contrastan con modernos edificios de nueva construcción.
Claramente parcelada como la zona adinerada. Una postal que se difumina por un desorden urbanístico que destaca por una anarquía amable. En tonos ocres y barro. El rápido crecimiento de las dos ciudades, unidos por una ladera -ceja para los lugareños-, ha unido para siempre El Alto y La Paz.
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La quietud que habitualmente impera en este punto del altiplano se ve estos días abruptamente violada por una manifestación, que trasciende a huelga nacional, por la distribución de la carne en Bolivia. La principal reivindicación es de los mediadores entre el sector primario ganadero y las grandes distribuidoras de carne del país. Se niegan los comerciantes a pagar los impuestos que pretende el gobierno de Evo Morales.
Esto provoca que se multipliquen las movilizaciones en todos los principales núcleos poblacionales de Bolivia. El sonoro repicar de los petardos para dejarse oír de los protestantes animó la llegada de la expedición grancanaria a La Paz. «Estamos acostumbrados a este tipo de manifestaciones durante todo el año. Esto produce que haya dificultad en el suministro de carne durante estos días, pero estamos acostumbrados a cambiar de dieta. Cuando no hay carne, comemos arroz o verdura...», afirmó resignado pero divertido uno de los ciudadanos de La Paz.
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«Antes de abordar la ascensión al Parinacota haremos una jornada de aclimatación en la montaña Chacaltaya, ubicada en el departamento de La Paz y a 30 kilómetros de la ciudad, con una altura de 5.421 metros», afirma Javier Cruz, jefe de la expedición Grupo Ralons BMW-Mini Gran Canaria.
«Tras una buena adaptación, importante en el caso de Juan, volveremos a La Paz para trasladarnos a un pueblo a la falda de la montaña que está a 4.200 metros que se llama Sajama. De ahí accederemos al campamento base del Parinacota, a 4.800 metros, donde montaremos un campamento de altura sobre los 5.200 metros, unos 400 metros desde el campamento base al uno y de ahí a la cumbre, en un trayecto que tendrá unos mil metros de desnivel, entre los 5.300 a los 6.300 metros del punto más alto», describe el alpinista.
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