Esperanza de palmitos y olivos

Jueves, 16 de julio 2020, 12:05

El tiempo de espera ha concluido. En Vegueta y Triana, como por muchos otros rincones insulares, palmas y olivos inundan las calles y bajo el cielo isleño la Semana Mayor del Año traza ya el esplendor de su rostro secular. Una nueva Semana Santa ha llegado y es su mejor pregonero el Señor de la Burrita en procesión por las calles trianeras entre cientos de voces infantiles que, de la mano de padres y familiares, resuman ilusiones en esta escenificación de la entrada triunfante de Jesús, en una talla que data de finales del siglo XIX aunque se desconoce su autoría- y que procesiona desde comienzos del siglo XX, por esta peculiar Gran Canaria pasionista. El parque de San Telmo, florecido de palmitos y ramas de olivo, es paraíso en la tierra este Domingo de Ramos donde parece escucharse de nuevo la voz de Domingo Doreste Fray Lesco recordándonos como el «discurso del año nos ha traído a las puertas de la Semana Santa, la semana grande, la de los días de los recuerdos sublimes y de las esperanzas eternas». La alegría desbordada de la mañana espléndida por Triana, o en la procesión de palmas por las calles vegueteras en dirección a Santo Domingo, desde la antigua ermita de Nuestra Señora de los Reyes, se serena y contrasta al caer de la tarde bajo el palio de laureles de la plaza dominica cuando las túnicas moradas y blancas de los nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud inician su anual estación de penitencia a la Catedral de Canarias, junto con los de María Santísima de la Esperanza de Vegueta revestidos de verde y blanco. Y la muchedumbre hace proclama de fe y oración del mismo júbilo y griterío con que recibe ya en la calle a las imágenes sagradas de sus Titulares. Dos imágenes que entran en la Semana Santa laspalmeña con enorme fuerza y seguimiento; la Virgen, obra del escultor palmero Arsenio de las Casas fechada en 1898, desde 1982 y Jesús de la Salud, tallado por José Paz Vélez por encargo de esta cofradía, desde 1985, ambas imágenes sobre sus respectivos pasos procesionales traídos de Cádiz, el del Cristo con diseño de escultor Ortega Brum y el de la Virgen un paso de palio en plata obra del prestigioso orfebre jerezano Juan Landa. Tarde noche que fue, hasta la década de los años setenta del siglo pasado, orbe del lujanero Señor Predicador, una imagen que data de 1802 y que representa a las más antiguas tradiciones semanasanteras de Vegueta, aunque en la actualidad procesiona en la tarde del Viernes Santo. Así, en este Domingo de Ramos, bajo un palio de palmas la fina luz atlántica enhebra las figuras, que siglo tras siglo, han compuesto la peculiar y personalísima identidad de esta ciudad en su semana mayor, en esa Semana Santa que tiene en Vegueta y Triana su particular y sugerente Jerusalén pasionista.

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