César Manrique revive en La Regenta
La Regenta exhibe en estos días pinturas, esculturas, vídeos y fotos que demuestran la influencia que tuvo el paisaje de Lanzarote en la obra de César Manrique y viceversa, es decir, cómo el artista dejó su huella en una Isla a la que amó y defendió durante toda su vida. El objetivo de la propuesta es reavivar la conciencia de los canarios.
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Un total de 73 obras, entre pinturas, bocetos, fotografías, collages y documentos, componen el grueso de la exposición César Manrique: La conciencia del Paisaje, que se exhibe hasta el 11 de enero en el centro de arte La Regenta, en la capital grancanaria.
La exposición, patrocinada por la Fundación CajaCanarias, pretende, sobre todo, dar a conocer entre los más jóvenes una figura fundamental de la plástica canaria. «Es un ejemplo para todos los canarios y con esta exposición no solo pretendemos poner en valor su obra, sino su conciencia», explicó la secretaria de la gestora de la Fundación CajaCanarias, María Dolores Pelayo.
La retrospectiva, que se exhibió en Tenerife, ha sido comisariada por el director de Acción Cultural de CajaCanarias, Álvaro Marcos Arvelo, y el catedrático de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Cataluña, Joaquín Sabate, en colaboración con el director de la Fundación César Manrique, Fernando Gómez Aguilera. Para este último, la exposición plantea una necesaria reflexión sobre cómo actuaría Manrique en unos tiempos, los actuales, «de crisis y de agresión a los derechos humanos y los derechos civiles», en los que únicamente brilla «la mediocridad».
De hecho, Gómez recordó que Manrique llamaba a los especuladores bandidos de la vida. «Antes subrayó los especuladores estaban ligados al urbanismo, ahora han desbordado todos los límites y todos somos sus víctimas».
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Para Álvaro Marcos, «la sociedad está huérfana de una persona como César» y hay que recordarlo para evitar, como advirtió Saramago, que se «produzca la segunda muerte de César».
La consejera de Cultura del Gobierno canario, Inés Rojas, también hizo suya una frase de Manrique: «Todo es corregible».
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