Canarias se protege contra tsunamis

R. R.

Lunes, 20 de julio 2020, 11:18

La probabilidad de que un maremoto afecte a Canarias es muy baja, pero no imposible. De hecho, hace 260 años el Archipiélago ya sufrió el tsunami que provocó el terremoto de Lisboa de 1755. Canarias y Andalucía han participado estos días en un simulacro junto a Portugal y Marruecos, también afectados entonces, en el que se reproducía el escenario de 1755.

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El 1 de noviembre de 1755 un terremoto destruyó la ciudad de Lisboa, en Portugal, y provocó un tsunami que en el sur de la Península Ibérica sobrepasó los 15 metros de altura y dejó tras de sí miles de muertos. Las olas, que llegaron hasta la costa americana, pasaron también por Canarias y, aunque no provocaron víctimas, avanzaron varios metros tierra adentro en repetidas ocasiones. Aunque el riesgo de que se produzca un tsunami como ese «es mínimo», dice Humberto Gutiérrez, jefe de servicio de la Dirección General de

Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, España está trabajando en un protocolo específico para maremotos porque fenómenos como este «no se pueden descartar».

En el marco de esa directriz básica de Protección Civil, que está previsto que se apruebe a finales de 2015, el Centro Coordinador de Seguridad y Emergencias (Cecoes 112) de Canarias participó este martes y ayer junto con el de Andalucía y los sistemas de protección civil de Portugal y Marruecos en un simulacro, aunque sin despliegue de medios, de un tsunami que afectaría al suroeste de la Península, Canarias y la costa atlántica de Marruecos. La idea, explicó Gutiérrez, era «probar los mecanismos de coordinación y respuesta ante este fenómeno» y reforzarlos si fuera necesario.

La coordinación es buena y también la respuesta que se da, pero advierte de que hay cosas que mejorar, sobre todo «dudas de operaciones», porque «se trata de un riesgo con el que no estamos familiarizados», indicó Gutiérrez.

El ejercicio, denominado Westsunami 2015, pretende comprobar las capacidades y procedimientos de cada país para alertar en coordinación con el Centro de Coordinación y Respuesta Europea (ERCC), así como ensayar los procedimientos de solicitud de medios al ERCC y el uso para la toma de decisiones de la información del Servicio Satelital Europeo de Observación de la Tierra (Corpernicus). Estos dos días se desarrolló la fase de ejecución, antes se había preparado y falta una última fase de evaluación.

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