Aventureros en busca de rumbo caribeño

Cada año, decenas de mochileros se ofrecen a los barcos como cocineros o ayudantes para poder enrolarse junto a la tripulación. La regata Atlantic Rally for Cruisers es la ocasión perfecta para cruzar el charco gratis. Un centenar de aventureros han probado suerte este año en el Muelle Deportivo.

Los aventureros están por todas partes, algunos hacen autoestop en las carreteras y otros se sientan en los muelles deportivos a esperar su hora de embarque. Desde que comenzó la Atlantic Rally for Cruisers (ARC), a principios de este mes, el Muelle Deportivo de la capital grancanaria se ha llenado de jóvenes con la clara intención de cruzar el charco gratis. La dinámica de estos mochileros es recorrerse todos los barcos ofreciéndose como cocineros o limpiadores. Si el capitán y la tripulación están de acuerdo, la persona se enrola y se compromete a ayudar y a trabajar durante la travesía.

«Un centenar de jóvenes», calculan los mochileros Amine y Niv, se anuncian en el Sailor’s Bar y recorren el puerto deportivo esperando ser «adoptados». Natasia Carrera, artesana de Venecia, lo ha conseguido. Tiene 24 años y quiere recorrer Sudamérica. «Tuve mucha suerte, en sólo tres días encontré un velero de polacos que me aceptó en su tripulación, las mujeres siempre lo tenemos más fácil», dice comparándose con los chicos, que son mayoría. Su intención es «aprender a navegar», llegar hasta Brasil donde estudiará portugués y lo demás es pura aventura: «No sé qué haré, depende de a quién conozca y en los lugares que conozca decidiré, mis planes son muy abiertos».

Stephano Penno, en la foto a la derecha, es de Cambiano, en Italia. Llegó a Gran Canaria en avión hace unas semanas con intención de enrolarse con alguien de la ARC. Le han prestado un barco para dormir y asearse a cambio de mantenerlo limpio. «No tengo prisa por cruzar, después de la ARC vendrán muchos más barcos», asegura convencido de que tarde o temprano zarpará. Tiene un proyecto en mente junto a más gente: «Queremos restaurar algún barco abandonado del Muelle y hacerlo navegar de nuevo».

Un marroquí y un judío. Niv y Amine se conocieron en Gran Canaria, ninguno consiguió enrolarse así que compraron sus billetes para viajar en un buque a Brasil donde trabajarán de forma altruista con niños en riesgo de exclusión social.

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