Un camino por andar

No creemos que haya muchas dudas sobre el hecho de que la colegiación de los profesionales es un valor contrastado por muchas razones, especialmente porque es un sólido punto de referencia para unificar criterios y prácticas profesionales.

Pero este y otros servicios de interés general, que han venido prestando históricamente los Colegios Profesionales, no pudo evitar que, tras las reformas legislativas producidas en los años 2009 y 2010, los Colegios Profesionales, especialmente los del sector de la edificación, sufrieran una amplia restricción de los supuestos en los que se requiere visar obligatoriamente las intervenciones profesionales, como método de control sobre varios aspectos, como son la colegiación, la habilitación profesional y la competencia de los profesionales, lo cual también arrastró consigo una considerable merma de la capacidad económica de los Colegios para afrontar sus fines y funciones.

Entre las consecuencias que esto ha supuesto, en concreto para el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gran Canaria, está la necesaria adaptación interna a estas circunstancias, pero lo cierto es que, en aspectos externos al Colegio, el tiempo transcurrido ha venido a poner de manifiesto que, por ejemplo, las Administraciones Públicas llamadas a ejercer el control de legalidad que se quitó parcialmente a los Colegios Profesionales a través de las limitaciones de los visados, no están ejerciendo de oficio determinadas actuaciones de supervisión, como serían las relativas a las competencias profesionales adecuadas a las actuaciones que se lleven a cabo, así como la comprobación del cumplimiento de la normativa sobre la debida presencia de los técnicos legalmente necesarios en la ejecución de obras, quedando mayormente las funciones de control al impulso de denuncias por los Colegios de los profesionales directamente afectados por algún tipo de actuación irregular, todo ello fruto de la tendencia a descargar a las Administraciones Públicas de gastos económicos.

Desde el espíritu de colaboración de los Colegios Profesionales con las Administraciones Públicas, superado ya el abrupto cambio que supusieron las modificaciones legislativas de los años 2009 y 2010, el mantenimiento de esta colaboración para dar las debidas garantías va siempre a redundar en beneficio de la ciudadanía, así como de los propios profesionales, lo que justifica que desde aquí se realice un recordatorio para que haya una mayor coordinación de objetivos entre las Administraciones Públicas y los Colegios Profesionales, especialmente en los relativos a profesiones que actúan en ámbitos de extrema sensibilidad, como es la construcción de edificios de todo tipo, a todo lo cual, evidentemente, el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gran Canaria siempre estará abierto.

No obstante y a pesar de la situación, este Colegio no ha dejado de lado sus funciones propias, para lo cual se han apurado los ajustados medios humanos y materiales que se disponen tras la profunda transformación legislativa.

Desde esta última perspectiva se ha de recordar, por ejemplo, que la existencia de los Colegios Profesionales permite un mayor aseguramiento de la responsabilidad civil de los colegiados, ya que la gestión colectiva de pólizas de este tipo propicia que se abaraten los costes y que se otorgue más confianza a los clientes de los profesionales colegiados.

Mejoras de futuro

Formación continua. Por otro lado, la formación permanente y actualizada de los colegiados, así como el control deontológico, son los pilares sobre los que, como mínimo, se asientan los Colegios Profesionales de este comienzo del siglo XXI, y con esa visión se actúa en este Colegio Profesional, en el que se pone especial énfasis en dar a conocer a los colegiados las innovaciones tecnológicas y las herramientas técnicas necesarias para una mejor calidad profesional que redunde en el beneficio final de los usuarios en particular, y de los ciudadanos en general, para todo lo cual se está colaborando con instituciones públicas.

Unificación profesional. Pero el futuro está por construir, siendo conscientes de que pasa por una profundización en la regulación armonizada a nivel europeo de las profesiones tituladas, que incluso sirva de puente para una mayor internacionalización profesional, ya que es muy difícil vislumbrar que los profesionales de todo tipo que se están incorporando al mercado laboral no tengan que acudir a mercados ajenos al territorio español para obtener salidas profesionales dignas.

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