Adaptación y modernización sin perder la esencia

La empresa, de carácter familiar, surgió en 1935 cuando José Ortega Bolaños diversificó sus negocios y comenzó a tostar café en el popular barrio capitalino de San Antonio

Eva del Río / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 16 de julio 2020, 19:29

El nacimiento de Café Ortega se remonta a 1935, cuando el emprendedor canario José Ortega Bolaños se esmera por diversificar sus negocios. Por aquel entonces, Ortega mantenía una pequeña flota de barcos pesqueros así como una modesta imprenta. Con un pequeño bombo con capacidad para 15 kilos de café, comienza a tostar la familia Ortega en el ático de una casa, en el popular barrio capitalino de San Antonio.

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Un año antes de que estallase la Guerra Civil se trasladan a una nueva fábrica ubicada en el barrio de Guanarteme, donde comienzan a modernizar la línea de producción con la incorporación de nueva maquinaria e instrumentos.

Tras el fallecimiento de José Ortega Bolaños, su hijo mayor, Francisco, se ve obligado a tomar las riendas del negocio con tan solo 18 años. Años más tarde, su hermano menor, José, también se incorpora. Con ambos al frente del negocio se produce una gran expansión comercial, ya que logran llevar el producto a la gran mayoría de las tiendas de víveres que había en Gran Canaria.

En la década de los 70, amplían el umbral de la clientela y se introducen en el sector de la hostelería ofreciendo formatos novedosos en aquel entonces como era el paquete de 1.000 gramos.

A principio de los años 80 se producen dos hitos en la historia de Café Ortega. Por un lado, la empresa, de capital 100% canario, se constituye en Sociedad Anónima y, por otro, se inauguran las nuevas y actuales instalaciones en la zona industrial de Las Torres. En este traslado se incorporan nuevas herramientas como máquinas tostadoras, un molino, envasadoras y agrupadoras.

Compromiso. Su equipo profesional también comparte el sello isleño de la empresa, con una plantilla fija, canaria y de cualificación garantizada con la formación dual y continuada, con más de una decena de cursos cada año para mejorar y actualizar las aptitudes y conocimientos de todos sus profesionales.

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En Café Ortega todo el personal es indefinido, en una apuesta por el empleo estable y de calidad.

Aunque esta empresa familiar sigue cosechando éxitos con un producto tradicional, en Café Ortega la renovación y la inversión son elementos constantes.

Su planta industrial, de 3.500 metros cuadrados, ha aumentado su producción de 700.000 kilos anuales en 2010 a 1.700.000 kilos en apenas unos años, fruto de la modernización de la fábrica con la última tecnología y la adecuación de todos los departamentos a los estándares de calidad europeos optimizando recursos y sistemas de producción.

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Es por ello que han realizado inversiones por más de dos millones de euros en diferentes áreas de la empresa, que van desde la automatización de los procesos, el aumento de las capacidades productivas, los controles de calidad basados en la norma IFS de seguridad alimentaria hasta la sostenibilidad medioambiental, con la consecución de la ISO 14001. Esta inversión hace despuntar la importancia que tienen la evolución y el progreso en esta compañía.

Todas estas medidas van en la misma línea y persiguen el objetivo de seguir creciendo en el difícil mercado de la hostelería y de la alimentación, mejorando el servicio y optimizando la distribución.

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