«‘Priscilla’ es un precarnaval»

Priscilla es un derroche de buen rollo, una fiesta constate, pero, además, cuenta una historia muy bonita sobre la aceptación de uno mismo, la diversificación social... Es un acto de tolerancia aderezado con música disco que la gente conoce, canta y baila desde el minuto uno. Priscilla es un cóctel explosivo, con un vestuario impresionante que capta los sentidos», afirma entusiasmado uno de sus protagonistas, Armando Pita, que da vida a Bernadette.

El actor se sumó al elenco hace medio año. «Yo estaba en la gira de Cabaret, que precisamente terminamos en Las Palmas de Gran Canaria, y a las dos semanas estrenamos en Bilbao después de un descanso de la gira de Priscilla», añadió.

Para Pita, las diferencias entre uno y otro musical son enormes, entre otras cosas porque «en Cabaret, por ejemplo, contaba una tragedia histórica y la gente, cuando llegaba esa parte de disfrute del musical tenía más pudor, hacían más de espectadores, pero en Priscilla la interacción con el público es brutal. En el intermedio se les invita a participar porque sigue la música. Es un espectáculo para pasarlo bien, es como un precarnaval».

ESFUERZO.

Físicamente, para los actores, «es duro», explica Pita, porque aunque el vestuario sea muy vistoso desde las butacas, «entre cajas se hace más complicado cuando se trata de estas grandes dimensiones. En las coreografías participamos 40 personas en el escenario, están muy milimetradas y eso es un esfuerzo extra que convierte una gira en una experiencia intensa». Sin embargo, continúa el actor, «la recompensa es tan grande que ni nos damos cuenta del esfuerzo».

Pita, que ha vivido el auge del musical en España en las últimas dos décadas, cree que el «boom de los musicales responde a una demanda del público, que quiere entretenimiento» Y este tipo de espectáculos, continúa, «son extraordinarios para desconectar», por eso, añade, han sobrevivido a la crisis.

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