La basura y el incivismo se abren camino
Como la mala hierba. No hay manera. El Ayuntamiento acaba de liquidar el mayor vertedero ilegal del municipio, de donde sacó 60 toneladas, y ya le está creciendo otro justo al lado. Todo en Maipez
La basura y el incivismo de unos pocos van camino de convertirse en un problema estructural en Telde. No hay paisaje deshabitado o algo aislado al que puedan llegar los coches que no haya sido ocupado por todo tipo de residuos. La lista de espacios afectados se hace interminable. Y los focos de vertido ilegal se reproducen como una plaga. Pero si hay un paraje paradigmático, un destino de ensueño para los que les gusta ensuciar Telde, ese es el de Maipez, que está, por cierto, a las puertas de un campo de volcanes de singular belleza, el de Jinámar. Durante años albergó la más grande escombrera clandestina de Telde y es posible que de toda Gran Canaria. El Ayuntamiento acaba de liquidarla, no sin dificultades, y ya se le ha reproducido otro brote epidémico justo al lado. No es nuevo, lleva tiempo, pero ahora está engordando a pasos agigantados.
Publicidad
Lo que acumulan ambos, tanto el viejo como el que ahora va camino de emularlo, es un síntoma de la mala educación de una parte de la sociedad que está enferma y que no se corrige por más que se denuncie. El primero de los vertidos se hizo hasta famoso, porque llenó páginas de periódicos y copó minutos de televisión. Pagó caro el peaje de estar accesible y escondido, una mala combinación que solo favorecía al vándalo. Se hallaba a la falda de las antiguas naves de Frigo, en lo alto de una ladera junto a la carretera general que une San Juan con Jinámar. Era tan grande que el Ayuntamiento no pudo eliminarlo de un tajo. Lo hizo a ratos, según confirma el edil de Servicios, Eloy Santana. Cuando le dejaban las averías del único tractor municipal. Y las otras muchas urgencias que tenía y tiene la ciudad para las que esta máquina se hace imprescindible. Así, a cachos, retiraron 60 toneladas, o, lo que es lo mismo, 60.000 kilos de residuos. Por eso cada vez que se acudió siempre hizo falta llevar a una cuadrilla de 10 o 12 operarios para separar los materiales. Eso complicó y retrasó los trabajos.
Saltó al estrellato por su volumen, pero también por la peculiaridad de unos de sus clandestinos inquilinos, nada más y nada menos que una moto acuática. El vertedero se extendía a lo largo. Los incívicos, maleducados, pero no tontos, se dejaron un pequeño paso para los vehículos, de tal manera que pudieran ir esparciendo sus vómitos de incivismo de forma longitudinal y estrecha en esta superficie de suelo abandonada y muy poco transitada. Está a las puertas de la parte sur del polígono industrial de Maipez, en lo alto de una loma en la que solo tiene de vecinas a las naves de Dos por Dos Grupo Imagen, Jimasa, Surimar o Encofrados Alsina, que, para colmo, están algo dispersas.
Cementerio de lavadoras.
Lo cierto es que este foco de inmundicia parece que se ha cortado. No está limpio como una patena, pero ya no hay montañas de basura. Y como elemento disuasorio el Ayuntamiento dispuso pequeños acúmulos de tierra en el punto donde la calle Suiza pasa a ser de tierra. Pero el otro foco, el que amenaza con desbaratarse, se halla muy cerca. Se entra también por la calle Suiza y basta con seguir la carretera para llegar hasta él. Está al final de la calle Fernando del Castillo, al lado de Jimasa SL. Hay montañas de escombros de obra, ropa sin tino y numerosos restos de lavadoras. Resulta obvio que son desechos de empresas, no de particulares.
El edil de Servicios Municipales, Eloy Santana, aparte de reclamar civismo a los autores, pide comprensión a los ciudadanos. Los recursos municipales son los que son y los frentes, en cambio, son muchos. La Policía Local actúa, y ha resuelto expedientes, pero es imposible poner a un agente en cada esquina.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión