Profesores en pijama: la innovación en la docencia entra en casa sin llamar a la puerta

Los encargados de impartir clase a cualquier nivel educativo experimentan desde casa la aplicación de las nuevas tecnologías a la enseñanza. En muchos casos padres y madres dan clases con sus hijos haciendo las tareas junto a ellos

David Ojeda y David Ojeda / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 16 de julio 2020, 09:41

Y de pronto el meme se hizo realidad. Después de años de pantallazos virales con la falsa suspensión de las clases llegó una situación nunca vista. Una que ha obligado a los docentes a romper con los mecanismos tradicionales del sistema educativo. Y a los alumnos a someterse a una nueva disciplina, la de las horas lectivas en pijama.

Publicidad

Hay casos, naturalmente, en los que esa nueva estampa resulta entrañable y familiar. Como sucede en casa de Estefanía y Fabio. O de Patricia y Aitor. Madres e hijos compartiendo pupitre y fibra óptica. Todos intentan asimilar la nueva rutina en la que se han visto de repente con un sistema que no estaba del todo preparado para ello.

Desde que el pasado jueves Ángel Víctor Torres anunciara el cierre de los centros educativos los chats de profesores ardían como piras funerarias. La falta de protocolos o incluso la poca cintura con la que respondieron los regentes de algunos centros dejaron el camino lleno de una dudas que todavía no se han resuelto del todo. Determinados centros están más que acostumbrados al uso de plataformas para desarrollar tareas, otros siguen muy lejos.

Y eso ocupó buena parte de la agenda de estos días. Y un tremendo colapso. Ocurrió, por ejemplo, con los docentes que durante la mañana intentaron subir recursos pedagógicos al campus virtual de la ULPGC y con los alumnos que intentaban acceder a ellos. Otros profesores no podían esperar a la llegada de la jornada laboral del lunes para avanzar las tareas a encargar y pasaron todo el domingo pegados al ordenador.

Y este fue uno de los grandes problemas. Muchos profesores dedicaron buena parte de la jornada a recibir coordinación sobre plataformas y vídeoconferencias, materiales que se han vuelto imprescindibles en esta cuarentena. Pero como le sucedía a los de la ULPGC, en cualquiera de las plataformas, independientemente del nivel, el colapso de información hacía muy complejo el hacer llegar los deberes a los alumnos.

Publicidad

Otro es la falta de recursos. Lo admitió la propia consejera de Educación cuando habló de brecha digital. “Tengo alumnos que son hermanos y que solo disponen de un ordenador en sus casas. Con los que su jornada escolar la parten entre la mañana y la tarde para poder hacer las cosas”, explicaba una profesora de secundaria. Muchos de estos alumnos también respondían con preguntas. Plazos y dudas. Los profesores cumpliendo con lo estipulado por su horario (y con muchas más horas) sentados ante las pantallas, utilizando sus propios recursos, para tratar de resolver dentro de sus posibilidades esos enigmas que en muchos casos salen de las mentes inquietas de sus alumnos.

Entre el caos creado por la situación, más de una sonrisa maléfica. “Ahora van a valorar los padres lo que es tener que explicar más de una vez a los niños las cosas aunque tengan el enunciado delante”, explicaba alguna docente sobre la actualización de las tareas de algún alumno con desinterés por la materia, por decirlo de alguna manera.

Publicidad

Cada cual a su ritmo. Al de su nivel educativo o al de los recursos de los que les han dotado. Hay profesores que prácticamente han preparado todo el contenido de las materias para afrontar toda una semana de jornadas escolares, manteniendo la rutina de los alumnos, y las suyas propias. Hay otros que prefieren ir día a día. Y hay otros que todavía no han podido a comenzar los temarios al ritmo que deberían.

Todos perseguidos por la misma pregunta. ¿Qué hacer si la situación se prorroga?

Y otros con esa dualidad. Con la necesidad de tutorizar el trabajo de sus alumnos pero también con estar encima de sus propios hijos que, en muchos casos, compartiendo escritorio afrontan estas extrañas jornadas escolares.

Publicidad

Un sistema ya de por sí objeto de debate y que ahora abre en canal muchas más preguntas sobre la idoneidad de mantener viejas prácticas que todavía se estilan en mundo ultracomunicado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad