Acaba el vaciado de una galería del pozo de Tenoya y no hay cráneos

La excavación del Pozo de Tenoya en busca de víctimas de la represión franquista va a buen ritmo. En menos de 20 días arqueólogos y poceros ya han culminado los trabajos en la galería Norte. Ahora están centrados en la Sur. Han aparecido más de una treintena de huesos de al menos siete individuos, pero por ahora no aparecen cráneos.

Martes, 21 de julio 2020, 15:34

La ausencia de cráneos no impedirá la identificación de los huesos que han aparecido, porque, entre otras cosas, se podrá hacer mediante el estudio de su ADN, pero sí complicará en parte la reconstrucción de los últimos momentos de las personas arrojadas al pozo, según admite el arqueólogo e inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo, Xavier Velasco. Esa es la parte del cuerpo donde es más fácil hallar indicadores de violencia o de tortura. «Es un buen marcador», apunta. No en vano, los cráneos excavados en 2008 en otro de los pozos de la represión franquista en Arucas, el del Llano de las Brujas, presentaban heridas de bala, testimonio evidente de cómo murieron.

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Con todo, Velasco, que supervisa los trabajos en Tenoya de los arqueólogos de Tibicena y de los operarios de Pozos Medina, no pierde la esperanza e informa de que aún queda por excavar. Por ahora, los restos humanos han aparecido en dos galerías situadas a unos 34 metros de profundidad. Los 14,17 metros de longitud de la galería Norte ya han sido excavados. Y ahora trabajan en la Sur. De los 10 metros vaciados en esta última, los huesos estaban concentrados en los primeros 4 metros. En los tres posteriores no se halló ninguno. Y entre el 8 y el 9 solo se encontraron con una pelvis. Pero, insiste Velasco, aún falta. Quedan 14 metros de esa segunda galería, que cuenta con una profundidad de 23, aunque a partir del noveno cambió de altura, y en lugar de 2,30 metros ha pasado a 1,69.

El técnico del Cabildo calcula que esta semana acabarán la galería Sur, por lo que solo restaría entonces seguir excavando hacia el fondo del pozo, hacia donde quedan 14 o 15 metros, aunque Velasco es de la tesis de que los huesos, de estar, deberían hallarse en los primeros metros.

Visto lo visto, la alteración que sufrieron estos restos es mayor de la esperada. Es más, casi todos estaban a una misma altura en las galerías, lo que prueba que se recolocaron ahí al mismo tiempo. En la Norte estaban a entre 35 y 40 centímetros de la base del suelo, y en la Sur, a 1,85 metros del techo y a 90 centímetros del suelo.

Aún queda por excavar, pero por ahora los restos óseos aparecidos son pocos, dado el volumen de represaliados que se esperaban hallar en este pozo. La tradición oral los cifraba entre 30 y 50. Si cada cuerpo humano tiene 206 huesos, ya debían haber aparecido varios miles y solo se han hallado «una treintena larga». En todo caso, al menos ya se ha confirmado que este pozo fue usado por el bando nacional como instrumento criminal de represión. Esta semana los huesos hallados se sacarán del pozo y se llevarán al laboratorio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para su análisis. Entonces se podrá concretar si son de 7 o más personas y se les extraerán muestras de ADN.

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