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Higinia Garay
Toc, toc... ¿qué es?

Toc, toc... ¿qué es?

«El trastorno obsesivo compulsivo suele ocultarse por vergüenza a que te cataloguen de loco»

Martes, 8 de septiembre 2020, 23:05

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Matilde limpia la casa cada día, se lava las manos constantemente e intenta evitar el contacto con otras personas. 'A priori', no parece nada fuera de lo común en la época de pandemia que vivimos. Pero lo es, porque Matilde realiza todas estas tareas, y algunas otras, de manera obsesiva y con el fin de evitar la ansiedad que le genera pensar en los gérmenes. Padece un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) de limpieza desde hace más de 20 años, una condición que ha afectado a todos los aspectos de su vida. «Siempre noté algo, pero no fue hasta que tuve hijos cuando mi obsesión por la limpieza se acentuó, como un instinto de protegerles frente a posibles enfermedades», cuenta. «Al verlo como algo natural que haría cualquier madre, tardé más de dos años en pedir ayuda».

Matilde trabajaba en un quirófano y tuvo que darse de baja permanente porque todo le daba asco, desde el suelo hasta la gente. «Cuando tienes este tipo de problema empiezas a observar más lo que hacen otros y te das cuenta de que hay personas muy limpias y otras que no lo son», declara. Aunque ahora se encuentra mejor, pasó una época muy dura. «A mis hijos les llevaba en volandas desde la entrada hasta la bañera cada vez que volvíamos a casa y no me quedaba tranquila hasta que estábamos todos limpios. También me he pasado más de una hora limpiando una baldosa en un momento de bloqueo».

Las terapias conductuales y la medicación le han ayudado a recuperarse en un 80%, aceptando el 20% restante del trastorno. Así, los zapatos seguirán teniendo vetada la entrada en su casa, por ejemplo, aunque ya ha aceptado que sus hijos se hayan rebelado contra las medidas de limpieza a las que les sometía de niños.

Como Matilde, entre un 1% y un 2% de españoles conviven con un TOC, una de las cinco enfermedades psiquiátricas más frecuentes y una de las veinte enfermedades más discapacitantes según la Organización Mundial de la Salud (OMS). «No existen cifras exactas porque solo consulta a un profesional un porcentaje relativamente pequeño», destaca Manuel Oliva Real, psicólogo especialista en TOC del Center Psicología Clínica, en Madrid. El motivo fundamental para no ir a preguntar es la vergüenza. «Aunque la mayoría sabe que tiene un problema de tipo obsesivo, les da miedo que se les catalogue como locos o personas con trastornos psiquiátricos graves que han perdido el juicio de la realidad, algo que no es así».

Se definen como obsesiones aquellos pensamientos, imágenes o impulsos que acuden de forma recurrente a la mente de la persona y le generan ansiedad y malestar. Por su parte, las compulsiones son conductas que se realizan para evitar la angustia generada por dichos pensamientos. Estos conceptos no deben confundirse con las adicciones: impulsos de hacer algo por deseo para obtener placer. Además, los TOC están muy relacionados con la depresión, por lo que el sufrimiento es doble», detalla Oliva. El psicólogo aclara dudas sobre esta patología.

  1. ¿Cómo surge?

Aunque no se sabe con seguridad la causa, parece ser que el TOC se debe a una alteración del equilibrio de la serotonina, un compuesto químico del cerebro. «El TOC tiene un componente genético-biológico importante, pero también uno educativo. En general, todos tenemos pensamientos un poco raros o absurdos, pero suelen pasar de largo sin repercusión alguna. En las personas con TOC estos pensamientos adquieren un valor notable, ya sea por su predisposición biológica o por experiencias personales, así que focalizan toda su atención en ellos. Esto facilita que entren en una espiral que convierta la idea inicial en una obsesión que genera mucho malestar. De ahí que se desarrollen compulsiones para intentar aliviar la angustia».

  1. ¿A quién afecta?

«A cualquier persona y a cualquier edad», señala Oliva. «En los niños, de manera evolutiva, es común que aparezcan conductas obsesivo compulsivas que, si no son potenciadas por su entorno, desaparecen con el tiempo», agrega. Otras veces no es así y el problema se mantiene hasta la edad adulta. De hecho, según la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), al menos la mitad de los adultos que son tratados por TOC lo padecían de niños, pero no fueron diagnosticados en su momento. «La gravedad del trastorno también se estima en función de cuándo comienza. Si se da en la etapa adolescente, el pronóstico es mucho peor porque, en general, se tarda más en pedir ayuda y más crónica se puede volver la patología», advierte el psicólogo.

  1. ¿Cómo se diagnostica?

Si la persona tiene ideas obsesivas repetidas y desarrolla rituales que le ocupan mucho tiempo y cuyo fin es aliviar el malestar que le provocan dichos pensamientos, hablamos de que padece un TOC. «Esto es así siempre y cuando el trastorno obsesivo compulsivo no forme parte de otro trastorno más grave, porque existen casos en los que las conductas obsesivo compulsivas no corresponden a un TOC, si no a una patología psiquiátrica más grave», explica Oliva. Las obsesiones pueden incluir: miedo a los gérmenes, ansiedad de perder algo o temor a pecar, entre otras. Las compulsiones, por su parte, pueden incluir: lavarse en exceso, ordenar de forma muy particular o comprobar repetidamente las cosas.

  1. ¿Cómo se trata?

Hoy en día existen dos tipos de tratamiento que se ha comprobado que funcionan tanto en niños como adultos: la terapia conductual, que consiste en conseguir que la persona acepte la aparición de la idea obsesiva sin ejecutar ningún ritual o compulsión, y la medicación, que generalmente son antidepresivos y que es lo que mejor funciona. A veces con un solo tratamiento funciona, pero se suelen combinar ambos. «En los últimos años, también se han aplicado las técnicas del 'mindfulness' al TOC, aunque su eficacia como tratamiento todavía está en proceso de investigación», comenta Oliva. El porcentaje de curación, a día de hoy, ronda el 70%. También es uno de los trastornos más estudiados científicamente.

  1. ¿Cómo le ha afectado el coronavirus?

Según la experiencia de Oliva, a los pacientes que tenían un TOC de contaminación de antemano y estaban siendo tratados no se les han agravado los síntomas, aunque sí que se ha notado un aumento de la sintomatología en personas vulnerables y en aquellas otras que no recibían ayuda terapéutica continuada. Lo que sí destaca el psicólogo es que el riesgo de contagiarse de coronavirus, si no se toman medidas de prevención, es real; mientras el TOC por contaminación no responde a un peligro cierto sino a un pensamiento obsesivo. «Que una persona se lave las manos o limpie la casa más frecuentemente en la actualidad es normal, lo que es desproporcionado es llevar triple mascarilla, guantes y una gabardina hasta los pies para protegerse, como he llegado a ver. Eso sí es un síntoma de un trastorno obsesivo compulsivo», explica Oliva.

  1. ¿Quién puede ayudar?

Los profesionales especializados en este tipo de trastornos son los psiquiatras y los psicólogos. El apoyo de la familia y las personas del entorno también es fundamental.

TOCS FRECUENTES

  • De contaminación Les obsesionan los gérmenes y la suciedad, que pueden ser el origen de enfermedades. Desarrollan compulsiones de limpieza. Se lavan varias veces al día, se desinfectan las manos contantemente, limpian la casa a fondo a diario.

  • De comprobación Ante la idea de que puede ocurrir una catástrofe, se intentan asegurar por todos los medios de prevenirla. Por ejemplo, si tengo miedo de que haya un escape de gas, compruebo que he cerrado el gas veinte veces para quedarme tranquilo.

  • De contenido religioso Temen haber cometido un pecado y su compulsión es realizar muchas oraciones, confesiones y tener una práctica religiosa mucho más acentuada para evitar el castigo divino.

  • De hacer daño Les obsesiona infligir daño a otras personas, generalmente a un ser querido. La compulsión en este caso es evitar tener a mano cualquier utensilio u objeto que pueda servir de arma y evitar quedarse a solas con dicha persona. Por ejemplo, hay madres que temen despertarse sonámbulas por la noche y matar a sus bebés recién nacidos.

  • De orden y simetría Les horroriza que ocurra algo malo e tener miedo a si no colocan las cosas de una determinada manera. Su compulsión es mantenerlo todo en el orden que consideran necesario y limpiar mucho.

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