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Adriá Ramírez
¿Qué puede hacer que la erección falle?

¿Qué puede hacer que la erección falle?

El tabaco, la obesidad, el estrés o la exposición excesiva al porno influyen ¡y mucho!

Domingo, 10 de enero 2021

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Tal vez un amigo, en un momento de confianza, se lo haya contado, aunque los problemas de erección, pese a que son más comunes de lo que parecen, no suelen ser tema de conversación entre colegas. «A diferencia de las mujeres, que hablan mucho más abiertamente de su sexualidad, los hombres somos más reservados al respecto. Hablar de nuestros problemas sexuales nos da vergüenza y, además, hay cierto machismo en torno al tema. A los 'machos' no les ocurren esas cosas, así que si te pasa parece que pierdes 'hombría', como si fuese una mancha en el expediente. Por eso muchos optan por ocultarlo», expresa Eduardo García Cruz, andrólogo, urólogo y experto en salud sexual con más de quince años de experiencia.

La realidad es que, por mucho que se esconda, el 20% de los españoles de más de 18 años sufren disfunción eréctil, un porcentaje que aumenta a más del 50% a partir de los 50 años. Las cifras, además, corroboran una tendencia al alza, pues se calcula que para 2025 esta condición afectará a 322 millones de hombres en el mundo, un hecho motivado, especialmente, por el progresivo envejecimiento de la población.

La disfunción eréctil se define como la incapacidad para tener una erección que dure lo suficiente como para tener una relación sexual satisfactoria aunque, como apunta García, «el término 'satisfactorio' está muy sujeto a la percepción de cada uno». Para considerarse un verdadero problema debe ocurrir durante aproximadamente seis meses y su aparición puede estar sujeta tanto a problemas psicológicos como orgánicos.

«A los hombres nos cuesta reconocer que nos ocurre porque socialmente nos 'quita' hombría, como si fuera una mancha en el expediente»

eduardo garcía cruz

El síntoma más evidente de que la impotencia es psicológica es que uno esté físicamente bien pero sea incapaz de tener una erección, o solo la tenga en alguna situación de forma abrupta e intermitente (al despertarse o al acostarse, por ejemplo). Se relaciona con una alteración en las emociones, que puede estar provocada por discusiones de pareja, una ruptura, la pérdida de un ser querido, el estrés laboral, la falta de autoestima o la ansiedad. La mala alimentación, la falta de descanso y determinados medicamentos también condicionan. «El cerebro es el encargado de estimular la erección, pues el deseo sexual no está en el pene, como muchos piensan, sino en la mente», aclara el urólogo. De modo que, si el cerebro no está sano, no podrá realizar sus funciones correctamente.

Los sentidos y la imaginación son los encargados de activar los neurotransmisores cerebrales necesarios para poner en marcha el órgano sexual, como la testosterona, la serotonina o la dopamina. Si este proceso sufre interferencias, las reacciones químicas no tienen lugar y la erección no se produce.

«Ver más de siete horas de porno a la semana produce muchos problemas de deseo y disminución del orgasmo«

eduardo garcía cruz

Cabe destacar que la exposición excesiva al porno también puede causar estragos en la erección. «Ver más de siete horas de porno a la semana produce muchos problemas de deseo y disminución del orgasmo. El motivo es que tu cerebro se acostumbra a un nivel de carga erótica casi imposible de alcanzar en la vida real y todo te parece poco al lado de ese estímulo», advierte García.

La disfunción eréctil por motivos psicológicos es más común en hombres menores de 50 años y la solución, en estos casos, puede lograrse realizando cambios en el estilo de vida, con el fin de recuperar el equilibrio emocional.

Dos años en ir al médico

Por su parte, «la impotencia que responde a un problema orgánico es más frecuente en hombres mayores de 50 años y se produce cuando alguna parte de nuestro cuerpo impide al pene lograr una correcta rigidez», explica García. Dentro de este grupo existen cinco factores condicionantes: los problemas vasculares (si no llega suficiente sangre al órgano viril), comunes en fumadores, diabéticos y personas con obesidad, hipertensión o hipercolesterolemia; los problemas neurológicos (cuando los nervios que llegan al pene para estimularlo no funcionan correctamente), frecuentes en personas diabéticas, con esclerosis múltiple y lesiones medulares; los problemas hormonales (no se producen las hormonas necesarias para que tenga lugar la erección, como la testosterona); los traumatismos (fracturas de pene o fractura pélvica); y los efectos secundarios de determinados fármacos. «Existen tres fármacos principales que pueden causar impotencia: los antihipertensivos, los psicofármacos (para tratar problemas psiquiátricos) y algunos medicamentos para tratar enfermedades de la próstata», detalla el urólogo.

«Los varones con peor erección tienen más probabilidades de desarrollar patologías muy graves a cinco años vista»

eduardo garcía cruz

Los hombres que presentan disfunción eréctil de carácter orgánico tienen también más riesgo de padecer otras enfermedades. De hecho, está comprobado científicamente que los varones con peor erección ven su salud deteriorarse más rápidamente y tienen más probabilidades de desarrollar patologías muy graves a cinco años vista. «Aun así, se sabe que alrededor del 80% de individuos con problemas de erección nunca irán al médico y el 20% restante que sí lo haga tardará una media de dos años», destaca García.

El especialista considera que uno de los condicionantes de que esto sea así es la educación. «En el hogar, los colegios y los medios de comunicación debería hablarse más de ello para que se normalizase dicha condición y que los hombres sintiesen la confianza suficiente para pedir ayuda», opina. Él mismo predica con el ejemplo y hace años creó el canal de Youtube 'Tengo un amigo que', donde resuelve dudas sobre sexualidad masculina e intenta romper con los tabúes sociales que existen al respecto. Además, puede que así anime a más de uno a buscar remedio a esta afección, especialmente porque, a día de hoy, existen muchos tratamientos con alto porcentaje de éxito.

Vídeo. Problemas de erección según la edad. Tengo un amigo que

Tras el diagnóstico, el primer paso será modificar las causas tratables. Por ejemplo, dejar de fumar, mejorar el estilo de vida (dieta saludable, ejercicio...) o ajustar la segregación de hormonas, entre otros. Si no es suficiente, se podrá aplicar alguno de los cuatro tipos de tratamientos que existen. El urólogo repasa cada uno de ellos: «Las ondas de choque de baja intensidad dan buenos resultados, tienen pocos efectos adversos y son muy útiles cuando la impotencia está causada por problemas vasculares. También se pueden usar inhibidores de fosfodiescerasa 5, que son fármacos que se toman por vía oral, muy seguros y con una eficacia muy alta. Otro recurso es el tratamiento local, que es más eficaz, pero implica aplicarse una inyección en el pene y no todo el mundo está dispuesto. Si nada de eso funciona, se puede recurrir a las prótesis de pene, cuyas tasas de éxito son superiores al 90%, pero se practican en menos ocasiones de lo que sería posible,–alrededor de 800 casos al año en España– porque hay hombres que prefieren no someterse a una cirugía».

Sexfulness contra la disfunción eréctil

  • ¿Qué es? El sexfulness es una variante del mindfulness, una filosofía derivada del budismo que se basa en tomar conciencia de nuestra realidad, sin juzgar, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con los desafíos de nuestra vida (dolor, estrés, enfermedad...). El sexfulness es lo mismo, pero aplicado a las relaciones sexuales. Es decir, plantea el disfrute, paso a paso, del sexo, que muchas veces concebimos única y erróneamente como la búsqueda del orgasmo.

  • ¿Qué beneficios tiene? Ayuda a conectar con la pareja a niveles más profundos que el físico, aumentando la comprensión entre ambos, con el fin de descubrir un placer más allá del orgasmo genital y a disfrutar de una forma más intensa y satisfactoria de las relaciones sexuales. También trabaja en eliminar pensamientos 'tóxicos' del tipo «no voy a dar la talla», «voy a perder la erección muy rápido» o «voy a eyacular demasiado pronto».

  • ¿Cómo se practica? Aunque la teoría parece fácil, en la práctica nos cuesta mucho desconectar de nuestros problemas cotidianos, por lo que es necesario destacar que los beneficios del sexfulness (al igual que los del mindfulness) no se aprecian de forma inmediata, pues el equilibrio mental y corporal no se domina en un solo día. A la hora de practicarlo, lo mejor es buscar el asesoramiento de un especialista en sexualidad, pero algunas claves de esta disciplina son: quitarse de la cabeza que si no se logra el orgasmo el encuentro sexual no sirve para nada, pues cada beso y cada caricia cuentan; tener relaciones solo cuando se desea realmente, no por obligación o imposición; y ayudarse de los sentidos más allá de la vista para potenciar la experiencia.

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