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TOMÁS ONDARRA
¿Este animal existe o no?

¿Este animal existe o no?

Animales 'invisibles' ·

Sábado, 1 de mayo 2021, 23:24

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La vida, sin algo de misterio, pierde mucho. Si no hay interrogantes, no hay curiosidad; si no hay curiosidad, no hay búsqueda, y si no hay búsqueda... sólo nos queda conformarnos con lo que tenemos y dejar de buscar respuestas. Pero en nuestro planeta, a pesar de los grandes avances científicos y tecnológicos, aún quedan muchas incógnitas que resolver. A estas alturas del siglo XXI aún no lo sabemos todo de sus moradores: desconocemos si algunos animales, considerados extintos o míticos, existen o no. Y algunos han aparecido como para recordarnos que nunca debemos dar algo por supuesto aunque nuestros ojos no lo vean.

El libro 'Animales invisibles' (Nórdica Libros), de Jordi Serrallonga –arqueólogo, naturalista y explorador– y el escritor Gabi Martínez, pretende alertar de que nos estamos cargando a los que quizá sean los últimos de sus especies. Y de que muchos se están ocultando del ser humano para sobrevivir. Algo que han aprendido (por las malas, claro) porque los que no lo hicieron acabaron mal. Como el dodo (un pájaro enorme, regordete y con el pico curvado), que por no volar y ser confiado se extinguió debido a la acción humana en el siglo XVIII. «O la ballena franca austral –y de ahí lo de franca–, que estuvo al borde de la extinción. Se acercaba tanto a los balleneros debido a su carácter curioso y tranquilo que era arponeada a corta distancia hasta que casi la extinguimos. Se salvó 'in extremis' gracias a la prohibición de su caza –señala Serrallonga–. Y hoy en día, animales como el elefante africano (peligra), el gorila (en situación crítica) o la jirafa reticulada (al borde la la extinción) han de esconderse de nosotros». ¿A alguien le extraña que no se expongan mucho?

Tal y como explica Serrallonga, de no poner remedio, los museos de ciencias naturales o de paleontología «podrían convertirse en el último reducto donde contemplar naturalizaciones y esqueletos de criaturas que, por suerte, todavía están vivas». «Vivimos en un mundo tan ultramaterialista que parece que sólo existe lo que vemos y sólo miramos donde nos dicen que hay que mirar. Pero tanto Jordi como yo creemos que hay que ir hacia lo que no es obvio. Hay que tener una ciencia con imaginación para llegar a ciertos lugares». A su juicio, para que los humanos salgamos adelante como especie «tenemos que atender a lo invisible, a lo que nos dicen que no importa, a los animales pequeñitos y grandes que viven en las riberas de la realidad», añade Gabi Martínez. Estos son algunos ejemplos: unos se creen perdidos para siempre –aunque quién sabe– y otros se han incorporado al mundo de lo real tras permanecer mucho tiempo en el terreno de la leyenda o en el catálogo de extinciones.

  1. Tortuga gigante de la Pinta

«Se ha vuelto totalmente invisible, salvo en nuestro imaginario y memoria: se ha extinguido en el siglo XXI», lamenta Serrallonga. El último representante conocido de la especie –llamado 'Solitario Jorge'– fue rescatado en el siglo XX de su pequeña isla de origen, en las Galápagos. «Al morir este macho, que pudimos estudiar, se ha convertido en un símbolo del conservacionismo junto con el dodo», apunta el explorador. ¿Quedará alguno más? Sería una gran sorpresa, desde luego. Quién sabe.

  1. Licaón

El licaón, una especie de perro salvaje africano, era fácil de observar en las llanuras de Tanzania hasta la década de los 80. Había grupos de hasta 200 que se organizaban para cazar juntos y hasta para hacer 'servicio de guardería'. Pero se han vuelto invisibles en lugares como el lago Ndutu. «Las enfermedades importadas por los humanos –a través de mascotas y ganado– se convirtieron en la némesis del licaón. En Tanzania se han convertido en espectros, fantasmas que solo pueden vislumbrarse, de forma muy fugaz y en contadísimas ocasiones, aunque parece que empiezan a recuperarse en otros lugares, como Zambia».

  1. Celacanto

«Lo creíamos extinto para siempre desde hace millones de años, ya que sólo encontrábamos sus fósiles en el registro geológico. Y resulta que está vivo, pero escondido», apunta Serrallonga. Según detalla, en los años 30 se hallaron restos, en los 50 se recuperó un ejemplar de este enorme pez bien conservado y hoy podemos fotografiarlos y filmarlos en su hábitat marino, el océano Índico. Puede pesar más de 50 kilos y tiene cuatro aletas que parecen extremidades. Esta es una muestra de que, en ocasiones, animales que dábamos por perdidos reaparecen.

  1. Okapi

Los exploradores europeos escuchaban historias, de las etnias cazadoras-recolectoras del África Central, sobre un animal grande que, de tanto en tanto, se les aparecía en la densidad del bosque. «Era medio jirafa, antílope y cebra. Finalmente, la ciencia pudo demostrar que el okapi era un animal muy difícil de observar, pero real», se congratula Serrallonga. Es decir, que saltó del mito a la realidad.

  1. Picozapato

Este pájaro de gran tamaño y con un pico muy característico (que le ha valido el nombre de 'rey cabeza ballena' o 'pico de babucha') es muy huidizo. Casi nadie los ve, ni siquiera donde quedan pocos ejemplares, como en una reserva de Uganda donde Gabi Martínez los pudo observar con asombro en 2002 aunque muchos lugareños afirmaban no haberse percatado de su presencia. Desde luego, no les prestaban atención alguna, ya que desconocían su singularidad y su importancia. «Los guardias forestales te enseñaban otros animales, pero no ese», indica Martínez. Eran 'invisibles para ellos'.

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