Tres de cada diez menores sufren ataques sexuales y uno de cada cuatro, violencia de pareja
Las principales víctimas son las chicas, los adolescentes LGTBI, los niños con discapacidad y los menores migrantes, según el primer macroestudio español sobre violencia en la infancia
El primer gran estudio oficial realizado en España para destapar la dimensión real de todas las clases de violencia contra la infancia y la adolescencia ... confirma lo que ya se intuía. Se trata de una lacra de enormes proporciones, que en la mayoría de las ocasiones permanece oculta por la insuficiencia de medidas de detección precoz y de persecución y por unas muy extendidas infradenuncia y ley del silencio a las que contribuyen tanto la edad de las víctimas como la pasividad de los propios entornos familiares y personales, que en gran parte de las ocasiones incluyen al agresor o agresores.
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El trabajo, titulado 'Prevalencia de la violencia contra la infancia y la adolescencia', desvela datos tan impactantes como que tres de cada diez menores han sufrido alguna vez ataques sexuales y que uno de cada cuatro ha padecido en persona la violencia de pareja.
La investigación del Ministerio de Juventud e Infancia está basada en las respuestas a una macroencuesta realizada por Sigma Dos a 9.000 españoles y españolas de entre 18 y 30 años de todas las autonomías, a quienes se les preguntó si durante su infancia o adolescencia habían sufrido algún tipo de violencia (psicológica, física, sexual, de pareja, digital o por negligencia), por parte de quién y si esos ataques continuaron a partir de la mayoría de edad.
Los padres, los novios y los entornos personales concentran a buena parte de los autores de los ataques, acosos o vejaciones
Los resultados permiten concretar, además del muy elevado nivel de violencia sobre los menores existente en España, que las principales víctimas de estos ataques son las chicas, los adolescentes del colectivo LGTBI y los menores de familias migrantes o que padecen algún tipo de discapacidad. De igual manera, reciben la violencia infantil con una especial intensidad quienes terminaron sus estudios en la etapa obligatoria o en la secundaria superior.
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Las violencias mayoritarias son la psicológica y la física. Los ataques emocionales los padecen prácticamente la mitad de los menores españoles (48%), los principales autores son los padres y más de uno de cada cinco chicos sigue sufriendo estas agresiones después de los 18 años. También tiene a los padres como principales autores la violencia física, que han sufrido cuatro de cada diez niños o adolescentes, y que tiene como otros agresores mayoritarios a compañeros de estudios y a miembros del entorno familiar o escolar.
Uno de los datos más duros es que el 29% de los menores españoles ha sufrido alguna clase de violencia sexual, desde el acoso, las vejaciones o los tocamientos a una violación. Y una de las revelaciones clave del estudio es que este tipo de ataques procede en una de cada tres veces de la propia pareja. Los otros principales agresores son adultos desconocidos (el 26% de las ocasiones) y amigos de la víctimas, en el 21%. Una de cada diez víctimas añade que ha seguido padeciendo esta clase de violencia a partir de la mayoría de edad
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El trabajo confirma el enorme volumen de esta clase de violencia, que en su mayoría sigue oculta y bajo la ley del silencio
El novio o novia vuelven a ser protagonistas de otra de las violencias más abundantes en la adolescencia, la de pareja. Según el estudio, en alguna de sus modalidades la han sufrido uno de cada cuatro menores españoles y este maltrato, vejaciones o agresiones han continuado en el 13% de los casos más allá de los 18 años.
La quinta gran violencia es la digital, muy vinculada al ciberacoso y a las intromisiones ilícitas en la intimidad y en la libertad sexual. Estos ataques los han padecido uno de cada cuatro menores y los investigadores los subrayan como especialmente preocupantes porque tienen una tendencia constante al aumento. Las propias parejas vuelven a ser los principales autores, el 28% de las veces, los adultos desconocidos son los responsables del 26% de los casos y otros menores son el 24% de los acosadores. Una de cada diez víctimas sufre esta violencia pasada la mayoría de edad.
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«Hay que romper el silencio»
La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, llamó a todos, sociedad, familias y poderes públicos, a «romper el silencio» y actuar contra la enorme cantidad de episodios de violencia contra la infancia y la adolescencia que destapa el estudio. «La violencia contra niñas, niños y adolescentes no es un asunto privado, sino un problema estructural que interpela a toda la sociedad», aseguró durante la presentación del trabajo. Rego subrayó que los datos del estudio «nos obligan a mirar de frente una realidad silenciada durante demasiado tiempo», porque «garantizar una vida libre de violencia a los menores no es solo un deber legal, es una responsabilidad política y social que debe traducirse en acción real». Por eso, llamó a todas las administraciones «a actuar con coherencia y determinación, trabajando de forma coordinada y sostenida para erradicar todas las formas de violencia».
Por su parte, indicó que la ampliación de la ley de protección a la infancia y la adolescencia contra la violencia (Lopivi) en la que ya trabaja su ministerio «refuerza el compromiso del Gobierno con la protección integral de los menores» y mejorará la detección temprana, la coordinación entre administraciones y la atención integral a las víctimas. La norma, en fase de anteproyecto, prevé ampliar la obligación de los jueces de escuchar a los menores en cualquier proceso que les afecte a cualquier edad (ahora solo a partir de los 12 años), dará formación específica y continua sobre esta lacra a todos los niveles de la Administración y de la justicia para que mejoren la prevención y actuación y asignará al menor su propio abogado de oficio en los procesos judiciales, independiente de los que tienen sus padres.
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