Sara crece en un centro desde los cuatro días de vida: el drama de los bebés sin familias de acogida

Sara nació en Gran Canaria en febrero de 2023 y entró en el centro de acogida con apenas cuatro días. Solo tuvo contacto con su madre biológica en sus primeros meses, porque pronto renunció a mantener esa relación materno filial. La bebé acaba de cumplir dos años y no conoce qué es tener el calor de una familia, el apego y referente de quien le cuida y le da un hogar. Lo más parecido es el personal del centro donde ha pasado su corta vida, profesionales que cambian en cada turno de ocho horas, que a pesar de su desempeño profesional van y vienen, cogen vacaciones...

Este sábado se celebra el Día Mundial del Acogimiento Familiar para poner en valor a quienes deciden abrir sus hogares para ofrecer un entorno seguro y afectivo a niños y niñas que lo necesitan, a la infancia declarada en desamparo y tutelada por las administraciones autonómicas porque ha sufrido abandono, negligencia en sus cuidados, maltrato u otra circunstacia que exige protegerla.

Pero en Canarias no hay familias suficientes ni siquiera para acoger a los menores de seis años en esta situación, que según la ley de 2015 del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia no deberían permanecer más de seis meses en plazas institucionalizadas.

Como Sara, Nadia también nació en 2023 y solo con un mes ingresó en un centro, en lugar de ir directamente a una familia de acogida. Con la biológica no tiene posibilidad de volver, por lo que debería estar en adopción. En pocos días cumple dos años. Ella tampoco sabe lo que es la estabilidad de un hogar.

Sus nombres, como los del resto de pequeños canarios mencionados en este artículo, son tan ficticios como reales sus vidas en las que el cariño más cercano que han tenido es el de sus cuidadores, en sus casos de los centros de protección gestionados por el Cabildo de Gran Canaria. Sara, además, tiene unas necesidades que hacen aún más urgente su acogimiento: la niña tiene una discapacidad y necesitaría una atención especializada.

Solo en centros de protección gestionados por el Cabildo grancanario hay actualmente 34 niños y niñas menores de seis años. Y detrás de cada número situaciones como las de Sara y Nadia. O la de Yeray, en una plaza residencial del sistema de protección desde julio de 2023, a los pocos días de nacer. La vuelta con su familia biológica no ha sido posible y el niño también debería estar en adopción.

«Esta situación se está viviendo en todas las islas», asegura Isabel Mena, consejera de Política Social del Cabildo grancanario, quien destaca que en todos los casos la petición a la Dirección General de Infancia es que los pequeños sean acogidos en una familia y también en todos han recibido la respuesta «ya casi automatizada» de que no hay, «pero tampoco se buscan», sostiene.

Ante este «drama», reclama que se redoblen los esfuerzos por cumplir la ley, reactivando el programa canario de acogimiento familiar para lograr hogares para los menores. «Fuimos pioneros y ahora no hay ni campañas, y no entendemos por qué, porque las familias canarias siempre han respondido», afirma.

Mena habló de la situación «dramática» de estos niños y niñas en un reciente pleno del Cabildo tras una pregunta de la consejera del PP Pepa Luzardo. También se abordó hace días en el Parlamento canario a través de una moción del PSOE que reclamaba medidas para evitar una situación que «cronifica el daño a los niños», exigiendo campañas de difusión y sensibilización más amplias y eficaces para dar a conocer el Programa Canario de Acogimiento Familiar o afianzando los equipos de valoración de idoneidad de las personas dispuestas a dar este generoso paso para que entren en el sistema con rapidez.

La Asociación Estatal de Acogimiento Familiar (Aseaf) ya denunció en febrero la situación e instó al Gobierno de Canarias «a cumplir el compromiso al que llegó en 2022, junto al resto de comunidades autónomas y el Gobierno central, para que todos los menores tutelados de menos de 6 años vivan con familias de acogida antes de que acabe 2025», reclamando «medidas urgentes».

Helena Escalada, directora general de Aseaf, recordó entonces que la ley recoge que el acogimiento familiar debe prevalecer en todo momento, pero especialmente para los menores de seis años». «Sabemos que muchas personas quieren acoger de urgencia a estos bebés, pero se encuentran con numerosas trabas», apuntó Escalada, quien cree que el problema se solucionaría si las administraciones dedicaran «más recursos de apoyo» a las familias biológicas y fomentaran la «cultura del acogimiento» en todo el país.

En España, 18.097 menores del sistema de protección crecen en familias y 17.112 en centros residenciales, según los últimos datos del Ministerio de Juventud e Infancia a cierre de 2023, que muestran un descenso del acogimiento familiar del 6% en cinco años, según informa Efe. En Canarias, según este informe, hay 28 bebés de 0 a 3 años creciendo en centros y 35 de 4 a 6 años. A nivel nacional, el número de niños y niñas en esta franja de edad creciendo en centros tutelados asciende hasta los 1.200.

«En los centros trabajan profesionales entregados a su tarea pero, por mucho que se dejen la piel, no son ni padres ni madres de esos niños. Crecer en un hogar de protección te despoja del derecho a una familia y por tanto al apego necesario, haber crecido en un centro los va a marcar toda la vida», destaca la consejera de Política Social del Cabildo de Gran Canaria.

Isabel Mena explica en cada hogar de protección hay un máximo de diez niños y niñas, en unos con menores de 0 a 12 años y en otros de 12 a 18. «Hace años no teníamos bebés en los centros, estaban con familias, y ahora vivimos situaciones donde se te cae el alma a lo pies. Canarias ha sido un referente en acogida familiar desde 2015 y tenemos que volver a serlo», resume.

El Gobierno canario reconoce la «escasez» de familias de acogida para menores declarados en desamparo en el archipiélago, especialmente para los que tienen menos de seis años, pero señala como motivo principal el «desmantelamiento» del servicio en la anterior legislatura.

Según la Consejería regional de Bienestar Social, «al inicio de la legislatura no existía servicio de acogimiento familiar en la Dirección General de Infancia y Familias» y ha puesto en marcha una «reestructuración interna para garantizar la existencia y operatividad del programa».

Según datos de la Consejería, 280 menores canarios, 156 niños y 124 niñas, de los alrededor de 1.700 que tutela el Gobierno están acogidos en familias ajenas a las suyas. Unos 800 están en centros de gestionados por los cabildos -cifra en solo nueve los bebés de 0 a 3 años- y alrededor de 700 están con su familia extensa.

Además, 56 familias «se han sumado al programa de guarda con fines de adopción». Y sostiene que «se impulsa el acogimiento especializado (hermanos, niños y niñas con problemas de salud mental o conductas disruptivas), la simplificación de los trámites de idoneidad para acelerar la asignación de menores o la actualización continua del 'banco de familias' para responder en tiempo real a las necesidades».

Asegura que otra medida para impulsar que estos niños y niñas tengan un hogar es la puesta en marcha de campañas para fomentar el acogimiento, con «canales específicos de información y asesoramiento para familias interesadas».

Según Bienestar Social, «el Ejecutivo canario reitera su compromiso con la desinstitucionalización, impulsando el acogimiento familiar como vía prioritaria de protección, garantizando procesos ágiles, apoyo permanente y captación activa de nuevos hogares». Además, «llama a la sociedad a contribuir para que ningún niño o niña crezca lejos de un entorno familiar».

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