La sanidad del futuro
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La pandemia de coronavirus puso al descubierto las debilidades de la sanidad en todo el mundo, también en Canarias. Pero más allá de esta situación distópica por anómala, el horizonte sanitario se presenta luminoso gracias a los avances tecnológicos y a la investigación. Así lo creen el fisioterapeuta, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y coordinador de la Escuela de Pacientes, Daniel López; la Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y directora general de Programas Asistenciales, Elizabeth Hernández, y el presidente de la Asociación Española contra el Cáncer de Las Palmas (AECC), Fernando Fraile.
«Creo que debemos agarrarnos a las evidencias de hoy en día y a lo que dice Eduardo Punset en su libro Viaje al optimismo: 'Cualquier tiempo pasado fue peor y cualquier tiempo futuro será mejor', dice Hernández que confía en que los avances tecnológicos, científicos y la mejora de los perfiles profesionales se alineen en un objetivo común: un sistema sanitario más predictivo y preventivo. De hecho, la gestora sanitaria señala que la sanidad del futuro estará marcada por la medicina de las cinco P: participativa, poblacional, predictiva, personalizada y preventiva.
Igualmente optimista es el representante de los pacientes con cáncer de la provincia de Las Palmas, quien confía en que los pilares de la lucha contra la enfermedad –la prevención y la investigación– consigan vencerla en los próximos 40 años.
Según Fraile, los hábitos saludables y la medicina preventiva son básicos para conseguir un sistema sanitario más sostenible que evite dolor y muertes, además de un ahorro de recursos. El segundo aspecto que invita al optimismo es que no hay ninguna semana en la que no aparezca una buena noticia sobre una nueva solución para una patología o un descubrimiento en el ámbito oncológico. «Creo que la investigación terminará ganando la batalla al cáncer», asegura Fraile.
Por su lado, Daniel López desearía que, dentro de 40 años, el paciente estuviera más implicado en su propia salud porque «el sistema sanitario somos todos».
«El paciente», añade, «debe estar en el núcleo central del sistema de salud, empoderado e implicado en la toma de decisiones», afirma el fisioterapeuta.
Y en este deseo de un futuro sanitario universal y personalizado también los medios de comunicación podrán aportar su grano de arena. «Lo fundamental es que el periodismo ayude a que la ciencia y la evidencia lleguen a la sociedad», afirma López.
También Fraile cree que los medios deben estar al servicio de la educación sanitaria de la ciudadanía. «Por ejemplo, si queremos que la población se haga un determinado cribado, de colon, de mama, o de lo que sea, la mejor manera para que la gente vaya cuando se les cita es que los medios de comunicación les den la importancia que tiene, porque si no mucha gente se quedaría sin saber de qué le están hablando», explica el presidente de la asociación.
«El periodismo es un gran altavoz para todo», coincide la directora general de Programas Asistenciales, quien advierte de un cambio de tendencia respecto a la información sanitaria. «El periodismo nos ha transmitido mucho la voz de los pacientes, pero el sistema sanitario ahora quiere escuchar a los pacientes directamente», señala Hernández que reivindica un papel activo y decisorio del paciente en el sistema sanitario del futuro.
En esta comunicación directa, las nuevas tecnologías tendrán un papel esencial. «Son herramientas potentísimas. Una universidad de la península ha desarrollado un sistema para sondear en instagram a los adolescentes y detectar palabras que pueden estar asociadas a un pensamiento suicida. Lo más importante de la transformación digital es definir para qué la queremos y cómo usarla», indica Hernández.
Este salto tecnológico, añade López, se ha visto acelerado con la pandemia aunque advierte de que «la tecnología sin las personas no servirá de mucho».
Por su lado, Fraile confía en que este avance favorezca el acceso equitativo a la sanidad. «No todos somos iguales para una enfermedad como el cáncer. Las personas deben tener claro que, aparte del derecho a una sanidad buena y universal, tienen que darse facilidades para que nadie se quede sin apoyo sanitario por falta de recursos, de medios o por la distancia», recalca el portavoz de la asociación contra el cáncer en la provincia de Las Palmas acerca de las dificultades a las que se enfrentan algunos pacientes por no tener las mismas ventajas de quienes viven en las capitales canarias o en ciertas ciudades peninsulares. «No puede ser que alguien que viva en Las Palmas tenga más dificultades para recibir un tratamiento que una persona de Madrid o Pamplona. La equidad tiene que estar en el centro de todo», afirma.
También las diferencias sociales se aprecian en la salud, recuerda Hernández. «No puede ser que en determinadas zonas del ámbito sanitario o municipios rasques y veas que tienen más obesidad, diabetes o patologías que tienen que ver con problemas sociales como el desempleo o la dificultad para la conciliación. Los problemas sociales son estresores para la salud mental de las personas», sostiene la gestora sanitaria que entiende la equidad solo se conseguirá ayudando más a quienes tienen más dificultades para alcanzar ese grado de bienestar. «Eso no lo va a resolver el ámbito sanitario», lamenta sobre la raíz socioeconómica de algunos de los problemas de salud más extendidos en la población canaria.
En este ámbito es esencial la intervención de otras instancias, incluidas las asociaciones de pacientes. «No solo se trata de facilitar el diagnóstico a los pacientes, sino de ayudarles a que se decidan a curarse. Recuerdo a una enferma que vivía en La Aldea y no quería tratarse. Tenía que elegir entre la quimio en Las Palmas o darle de comer a sus hijos», dice Fraile.
En todo caso, este camino hacia el bienestar y la equidad sería imposible sin apuntalar el valor de la sanidad pública, recuerda López, que ve como una amenaza las tentaciones de desmantelar el sistema público en favor de la sanidad privada.
Fraile coincide con él, pero recuerda que la sanidad privada forma parte del sistema de salud y que los recursos sanitarios se deben usar allá donde estén. «Si todo fuera público, la Asociación contra el Cáncer debería desaparecer», comenta el presidente provincial del colectivo que cree que, después de haber calibrado la importancia de la sanidad pública durante la pandemia de coronavirus, «nadie va a admitir perder una sanidad como la que tenemos».
Hernández coincide con el presidente de AECC en Las Palmas, pero apunta que la colaboración con el ámbito privado debe realizarse con transparencia y reconociendo que la base del sistema es la sanidad pública. «Todas las aportaciones son bienvenidas, de fundaciones, de asociaciones o de Amancio Ortega. Hay que buscar recursos en todos los ámbitos», señala la directora general de Programas Asistenciales.
«Tenemos un gran reto. El envejecimiento de la población. ¿Quién va a cuidar de los mayores?», señala Elizabeth Hernández, que cree que habrá que potenciar los perfiles profesionales ligados a los cuidados, como la enfermería. «La gente vivirá más y con calidad de vida», afirma la gestora quien aboga por reforzar a la Atención Primaria porque es allí donde conocen mejor a los pacientes.
El desafío urge. «Las listas de espera para las residencias de ancianos es de años. La atención a domicilio no es suficiente. Hay que estudiar cada caso», afirma Fernando Fraile.
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José A. González, Álex Sánchez y Sara I. Belled
Melchor Sáiz-Pardo | Madrid y Sara I. Belled (gráficos)
Mikel Labastida, Carlos G. Fernández, Iván Gelibter, Álex Sánchez, Sara I. Belled, Álex Sánchez y Sara I. Belled
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