La mascarilla no será obligatoria en hospitales hasta alcanzar el nivel alto de gripe
Ministerio de Sanidad y autonomías aplicarán un protocolo único en todo el país para tratar de frenar la epidemia de virus respiratorios
La mascarilla no será de uso obligatorio en los centros sanitarios españoles y en las residencias de mayores al menos hasta que la epidemia de gripe ... alcance un nivel alto. Así lo establece el protocolo común de actuación contra las enfermedades respiratorias que el Ministerio de Sanidad y las autonomías pactaron hoy y que será de aplicación directa en todo el país.
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Los responsables sanitarios, a diferencia de los años anteriores, se dejaron de pulsos partidistas y escucharon las demandas de los especialistas médicos. Acordaron en la Comisión de Salud Pública una única hoja de ruta de medidas y actuaciones para tratar de minimizar la espiral invernal de infecciones, más urgente aún este otoño porque la epidemia de gripe ya ha comenzado, con un mes de antelación sobre lo habitual, y porque amenaza con causar más contagios y hospitalizaciones que en años anteriores. «Dijimos que era necesario y posible. Y lo hemos logrado», aseguró satisfecha Mónica García, la ministra de Sanidad
Se recomienda ya topabocas a todo el que tenga síntomas y a los sanitarios y usuarios de unidades de quimioterapia y trasplantes
Si el texto final aprobado es básicamente el propuesto por Sanidad, el protocolo único, además de contener actuaciones para maximizar la vacunación y promover medidas de higiene básicas (lavado de manos, evitación de aglomeraciones o ventilación de estancias), implanta una recomendación u obligación del uso de la mascarilla, según el caso y la gravedad de cada una de las fases de la epidemia, aconseja el teletrabajo para los ciudadanos con síntomas y la baja laboral si son trabajadores de residencias de mayores. Rota ya la normalidad (nivel cero), se establecen tres fases que se sucederán según aumente la incidencia de nuevos casos, la hospitalización, los ingresos en UCI y la mortalidad, entre otros indicadores. No hay umbrales fijos estatales para saltar de nivel, serán distintos según las circunstancias concretas y particulares de cada autonomía.
Tres escenarios
El nivel 1 es el correspondiente a la transmisión baja y moderada del virus, momento en el que ya nos encontramos. Se recomienda el uso de la mascarilla y del teletrabajo (si es posible) a todos los españoles con síntomas y la utilización de tapabocas por el personal sanitario, pacientes y acompañantes que usen ámbitos vulnerables como pueden ser las salas de tratamientos oncológicos o las unidades de trasplantados. También se pide alejar de los internos a los trabajadores de las residencias con síntomas o, de no ser posible, darles la baja por cinco días (con mascarilla en su retorno hasta la ausencia de síntomas).
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Se pide a los ciudadanos contagiados que teletrabajen si pueden y a los trabajadores de residencias acatarrados que cojan baja
En el nivel 2, el de transmisión alta, se recomienda la mascarilla a los trabajadores sanitarios, a los pacientes y acompañantes en salas de espera y urgencias de centros de salud y hospitales y a todos los profesiones de las residencias y a los internos especialmente vulnerables por edad y enfermedad. En ambos casos, el protocolo contempla la posibilidad de que se acuerde el uso obligatorio de las mascarillas en ambulatorios, hospitales o residencias según la situación «específica o de vulnerabilidad» de la localidad o territorio o del centro. No se especifica, pero se deduce del contexto que podrán acordar la obligatoriedad las autoridades autonómicas o la dirección del centro, según el caso. Se estima conveniente que, de igual modo, use mascarilla todo aquel que trabaje habitualmente de cara al público y en esta fase también se permiten restringir las visitas en las residencias (siempre sopesando la situación de cada interno) y se deberán acordar los refuerzos necesarios para asegurar el buen funcionamiento de la atención primaria, las urgencias y las UCIs.
Si se alcanza el nivel 3, el de transmisión muy alta (e incluso pandémica), ministerio y autonomías se reunirían de urgencia en Conferencia Interterritorial del SNS para aumentar su coordinación y acordar medidas «adicionales y excepcionales».
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El acuerdo llega después de que los médicos de familia urgieran ya la semana pasada a acelerar la vacunación de los grupos de riesgo, el refuerzo de centros de salud y hospitales y el uso de mascarillas porque el comienzo de la epidemia de gripe se ha adelantado este año y se espera un aumento de las hospitalizaciones.
La epidemia se multiplica
La epidemia de gripe comenzó hace al menos una semana, cuando los casos detectados en primaria llegaron a 40 por cada 100.000 habitantes (traspasaron la frontera epidémica de los 37) y subieron un 14% en siete días. La espiral de infecciones va crecer con mucha rapidez, como lo demuestra que en Madrid la tasa actual de contagios detectada en atención primaria sea ya de 112 infectados por 100.000 habitantes, casi el triple que una semana antes, que en la Comunidad Valenciana se llegue a 111 y que en Cataluña se alcancen los 164 infectados por 100.000. El cálculo es que este año el pico epidémico máximo podría alcanzarse entre mediados de diciembre y comienzos de enero, con la Navidades como fecha más probable.
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La razón del adelanto de la epidemia y de la previsión de aumento de las hospitalizaciones está en que se sospecha que esta temporada la variante del virus que puede estar más presente es la H3H2 y, en concreto, un nuevo subtipo, el subclado K. Esto significa que va a haber muchos más contagios y más rápidos porque la variante H3H2 ha tenido poco protagonismo en los últimos años, con lo que los ciudadanos tienen menos inmunización natural contra ella, y porque el subclado K no está entre los componentes de la vacuna que se está pinchando, por lo que la protección contra este subtipo será muy baja y aumentará la hospitalización de mayores y otros grupos de riesgo.
La temporada pasada de gripe, pese a considerarse una de las que tuvo una menor incidencia epidémica, obligó a 33.000 hospitalizaciones y provocó 1.825 muertes.
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