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Ruta Siete atendiendo a una charla de concienciación sobre los microplásticos y la biodiversidad en Las Canteras. Arcadio Suárez

Ruta Siete, un viaje para jóvenes con compromiso

Los 45 participantes en la décima edición del programa de la ULPGC ya están dejando su «huella positiva» en las islas

José Juan Flores

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 25 de julio 2024, 18:39

Del 20 de julio al 23 de agosto. Cinco días por isla, todas salvo La Graciosa. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ha recuperado, tras el parón por la pandemia, el programa Ruta Siete. Y cumple su décima edición. 45 universitarios, desde primero de carrera hasta doctorado, y sus características camisetas azules recorrerán Canarias este verano en lo que pretende ser «un viaje transformador».

Los ruteros proceden de 24 universidades de toda España, desde Andalucía a Cataluña, Galicia, Madrid o País Vasco, entre otras comunidades autónomas. También hay de otros países como Alemania, Colombia y Rusia. Y viajando con ellos y ellas, doce personas del equipo de coordinación técnica, diez de los cuales son participantes de otras ediciones.

La ruta comenzó en Gran Canaria, con paradas en Artenara, Arucas y Gáldar. Este martes por la mañana toca Las Canteras –la alerta por calor impidió subir a la cumbre– y hacer algo más que kayak y ocio. Sentados en la arena aprenden y se conciencian sobre los microplásticos y sus peligros para la biodiversidad canaria. Pero no solo escuchan, también hacen.

«Uno de los objetivos del proyecto es trabajar en equipo, cuando nos unimos 45 personas logramos cualquier cosa y en la gran final, por ejemplo, fuimos a un barranco a limpiar y sacamos toneladas de basura», dice en Playa Chica Melanie Herrera, estudiante de la ULPGC. Con la gran final se refiere a la última prueba del proceso de selección para estar en Ruta Siete, que contó con más de 900 personas inscritas. «Hay gente con mucha más energía y gente tranquila, pero cada persona aporta», afirma la estudiante de la Complutense Celia Castro.

El director del programa, Juan Serantes, fue uno de los dos creadores del proyecto, que se estrenó en 2011. Pese a ser de Segovia, estudió en Gran Canaria y se enamoró de la riqueza cultural del archipiélago y de su biodiversidad. «Me di cuenta de que conocer todas las islas era una oportunidad de viaje con un calibre mayor, no hay que irse lejos para tener una experiencia de viaje increíble». Y nació Ruta Siete.

Una de las bases del programa es el cuidado del medioambiente. El fin último de Ruta Siete ha sido en sus diez ediciones que los jóvenes tomen conciencia de que se puede viajar de manera «más sostenible, más ecológica y menos invasiva». Es más, busca reforzar la «huella positiva»: no sólo respetar y mantener intacto el lugar que visitemos, sino dejarlo mejor aún. Así, Ruta Siete logra romper con el estigma de que los jóvenes no están concienciados ni comprometidos.

«Se dice que las nuevas generaciones cada vez están peor, pues aquí demostramos que quizás no se les genera el contexto para que se desarrollen», afirma una de las coordinadoras de Ruta Siete, Carmen Navarro, quien ya fue rutera en la última edición de 2019.

Pero el proyecto tiene más que una aspiración medioambiental. También potencia la autonomía de los participantes. Serantes lo explica así: «Como coordinación empezamos empujando el proyecto y encargándonos de muchas cosas y a medida que ellos van adquiriendo habilidades básicas, vamos delegando».

Los ruteros gestionan las comidas, las compras, la limpieza, la colada, la resolución de problemas internos, la comunicación en redes sociales… Para ello se organizan en grupos de seis a siete personas con un responsable en cada área. En esta autonomía, señala Serantes, «el secreto es que tienen la posibilidad de destrozar el viaje o hacer que sea un éxito. Si acaba siendo un éxito es muy reconfortante».

Disminuir el uso del móvil es otro reto que se ha propuesto la mayoría de los participantes. A Joselu Santiago, de la universidad Atlántico Medio de Gran Canaria, le ha sido muy fácil: «Lo único que necesitaba era hablar, comunicarme y socializar con otra gente». Entre las personas con la que ya han compartido momentos Joselu destaca un grupo de migrantes. «Nos han contado sus realidades y te hacen ver lo que cada persona ha vivido y ha pasado para estar donde está hoy», explica.

«Ver que no necesitamos tantas comodidades para vivir bien, aquí utilizamos lo mínimo, vemos que no hace falta un consumo tan alto de recursos», dice José Ángel López, alumno de la ULPGC residente en Fuerteventura.

Precisamente la isla majorera es la segunda etapa de la aventura de Ruta Siete. Allí estarán hasta el 29 de julio con senderismo, limpieza de costa y microplásticos y visitas culturales. «No es mágico el programa, sino el compromiso que adquieren», concluye Serantes.

Los 45 participantes realizando actividades en Playa Chica. Arcadio Suárez
Imagen principal - Los 45 participantes realizando actividades en Playa Chica.
Imagen secundaria 1 - Los 45 participantes realizando actividades en Playa Chica.
Imagen secundaria 2 - Los 45 participantes realizando actividades en Playa Chica.

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