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Aula del primer ciclo de Infantil en el colegio público Monseñor Socorro Lantigua. Cober

El primer ciclo de Infantil aprueba con nota

Este viernes terminan en Canarias las clases de un curso que ha contado con las primeras 597 plazas de la etapa educativa temprana en colegios públicos. En el Monseñor Socorro Lantigua, en Teror, «todo ha sido positivo»

Teresa Artiles

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 22 de junio 2023

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«Me siento una privilegiada y esto debería ser lo normal, creo que son necesarias más plazas públicas para todas las familias, mucha gente me ha dicho 'qué suerte tienes'». Carolina Montesdeoca es madre de Chloe, alumna de dos años del recién estrenado primer ciclo de Infantil en el colegio Monseñor Socorro Lantigua, en el casco de Teror.

Este viernes terminan en Canarias las clases de un curso en el que la incorporación de la educación de 0 a 3 años en los colegios públicos ha sido una de las grandes novedades y retos. Docentes y familias coinciden a la hora de hacer balance: ha sido positivo y es necesario que la oferta llegue a más niños y niñas.

«Todo ha sido muy beneficioso, al principio la Consejería tuvo que hacer un desembolso importante en las obras, porque se necesitan unas condiciones muy específicas, y las familias lo han aceptado muy bien, hubo un trabajo previo con ellas porque son alumnos muy pequeños, y el balance no puede ser más positivo», afirma la directora del centro de Teror, Mari Carmen Hernández.

Esa aceptación, que se ha trasladado por el «boca a boca», se ve en la prematrícula: si en este curso hubo las mismas solicitudes que plazas, 18, para el próximo han recibido 29 peticiones para la misma oferta, lo que ha obligado a baremar. Se puntúan aspectos como tener hermanos en el centro, el nivel de renta, ser familias monoparentales o, por decisión del Consejo Escolar, un punto extra por vivir en el casco del municipio.

La maestra María Rodríguez juega con su alumnado. Cober

«Esta es una etapa educativa muy importante y se nota mucho luego los niños que la han cursado, ya llegan al segundo ciclo con la adaptación al centro hecha», añade la directora del Monseñor Socorro Lantigua.

El de Teror es uno de los 34 colegios públicos de Canarias que de forma piloto empezaron este año a impartir el primer ciclo de Infantil, 31 con aulas para alumnado de dos años y tres con grupos mixtos que incorporaron también a escolares de uno.

A la cola en escolarización

El archipiélago lleva arrastra una de las peores tasas de escolarización de todo el país en esta etapa educativa temprana. Con datos actualizados a mayo de 2023, en las islas hay 14.234 plazas autorizadas.

Además de las 597 que se han abierto en los colegios públicos dependientes de la Consejería de Educación, otras 5.936 se ofertan en las escuelas municipales y 7.701 en escuelas privadas. Estas plazas apenas alcanzan para escolarizar al 37% de los 38.253 niños y niñas de 0 a 3 años que hay en Canarias.

«Lo importante es que en este curso Canarias ya tiene un plan estratégico para la educación de 0 a 3 años, con su plan de financiación, con recursos», señala la presidenta del Consejo Escolar de Canarias, Natalia Álvarez.

El órgano de representación de la comunidad educativa de las islas lleva años señalando el déficit de plazas públicas para la educación de 0 a 3 años como uno de los grandes lastres del sistema educativo canario, por lo que aboga por ser «más ambiciosos». «La diferencia con la media estatal es del 17% y consideramos que hay que generalizar la oferta pública para que llegue a todas las partes del archipiélago, sobre todo donde no hay nada», añade Álvarez.

Esta escasez de oferta pública hace que las familias que han obtenido plaza este año se sientan muy afortunadas. Al igual que Carolina Montesdeoca, Anabel Mayor, madre de Adán, destaca la «calidad» de la enseñanza que ha recibido este año su hijo en el colegio de Teror, y poder haberlo escolarizado tan pequeño en el pueblo donde viven, en su entorno, ya que el año pasado tuvo que recurrir a una escuela infantil privada en la capital de la isla y pagando un dinero que la mayoría de familias no tienen.

Anabael Mayor y Carolina Montesdeoca han escolarizado a sus hijos en el colegio de Teror. Cober

«La evolución ha sido tremenda, en la socialización, en las habilidades, el proyecto educativo ligado al pueblo es muy bueno y además las familias podemos conciliar», añade Anabel, quien recuerda que estas generaciones son «niños de la covid» que se han visto privados de mucha vida social con otros pequeños.

Las dos madres destacan, además, que el centro tenga acogida temprana. El horario de obligada permanencia en el aula es de nueve a una, pero se puede llevar al alumnado a partir de las ocho de la mañana y recogerlo a las dos de la tarde, las tres para quienes se quedan en el comedor escolar.

Una labor de equipo

Un aula del primer ciclo de Infantil no es, ni mucho menos, una guardería. La base es un «trabajo en equipo» de un grupo de profesionales, destaca la maestra de Infantil y tutora del grupo en el colegio de Teror, María Rodríguez López. Además de la docente, el alumnado aprende con la técnico en Educación Infantil Marisa Hernández Jordán y la auxiliar Estefanía Armas. Y, como otra figura imprescindible, la auxiliar de comedor Zulema Talavera Brito.

«Es necesario que el primer ciclo de Infantil se vea como una etapa educativa importante para el desarrollo de los niños y niñas, aunque es también asistencial. Es una oportunidad brillante para iniciar el proceso educativo y es un lujo poder trabajar en el aula con varias profesionales», resume la maestra.

En ese sentido habla de desarrollar la psicomotrocidad, de normas de convivencia, rutinas, de trabajar los sentidos en el huerto escolar o en el aula... Y también del papel importante para facilitar la conciliación con la vida laboral de madres y padres. «Debería llegar a más familias», incide la maestra.

La técnico en Educación Infantil con una alumna en el baño. Cober

Para que los colegios públicos oferten el primer ciclo de Infantil necesitan tener espacio y acometer obras de adaptación para cumplir con la normativa de la etapa educativa. Porque hace falta mucho más que un aula. En el colegio de Teror tienen una zona de patio exclusiva, una sala de lactancia o es imprescindible que haya un baño adaptado dentro del espacio principal donde aprenden los escolares.

En este sentido, la presidenta del Consejo Escolar de Canarias pide a la Consejería de Educación que las obras en los colegios que incorporan esta enseñanza el próximo curso se desarrollen en los meses de verano, para que puedan estar listas cuando los escolares se incorporen a las aulas en septiembre.

Más plazas

El próximo curso el proyecto de implantación del primer ciclo de Infantil en la enseñanza pública canaria ofertará 1.793 plazas en 99 colegios de todas las islas, salvo La Graciosa.

De los 34 que arrancaron este curso con un aula 15 son de Tenerife, ocho de Gran Canaria; cinco en Lanzarote; cuatro en Fuerteventura y dos en La Palma. Y tendrán nuevos grupos el próximo curso, la gran mayoría para el alumnado de dos años con un máximo de 18 matrículas, otros 23 centros de Gran Canaria, 20 de Tenerife, seis de Lanzarote, cinco en Fuerteventura y La Palma y tres en La Gomera y El Hierro.

El plan estratégico para la implantación del primer ciclo de Educación Infantil en Canarias contempla la creación de 3.879 plazas para el curso 2024-25, con lo que el archipiélago dispondría de 10.000 plazas públicas entre los colegios dependientes de la Consejería de Educación y las escuelas infantiles municipales.

Según Educación, a la hora de diseñar la oferta se ha priorizado crear aulas en colegios de municipios donde no hay oferta de la etapa educativa temprana o la que tiene es insuficiente por su alta demanda. Además, se ha tenido en cuenta las zonas en las que existe un mayor número de alumnado en situación de vulnerabilidad.

La presidenta del Consejo Escolar de Canarias destaca la importancia de mantener esta apuesta. Incorporar a los niños y niñas a las aulas del primer ciclo de Infantil supone, según Natalia Álvarez, dar un salto cualititativo tanto desde el punto de vista social, por su componente de conciliación familiar, como educativo, ya que «está demostrado» la relación directa que hay en el desarrollo del alumnado: los niños y niñas que cursan esta etapa obtienen mejores resultados en su vida escolar futura.

Y este curso los colegios pioneros como el Monseñor Socorro Lantigua se van de vacaciones poniendo una nota muy alta a su primer ciclo de Infantil.

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