Bill Gates se desdice y afirma que el cambio climático no es «apocalíptico» ni prioritario

Bill Gates ha sido durante años uno de los grandes defensores de la urgencia de actuar contra el cambio climático. Ayer rompió con esa imagen e hizo público un documento en el que cambia su punto de vista sobre esta cuestión e incluso rechaza la necesidad de los esfuerzos que se han realizado hasta la fecha.

Por ejemplo, frente a quienes defienden la necesidad de tomar medidas urgentes contra el aumento de las temperaturas, Gates niega la mayor. «Afortunadamente para todos, esa visión es errónea. Aunque el cambio climático tendrá graves consecuencias, especialmente para los habitantes de los países más pobres, no provocará la desaparición de la humanidad. Las personas podrán vivir y prosperar en la mayoría de los lugares de la Tierra en el futuro previsible».

Gates además, considera un error cómo se está gastando el dinero a la hora de enfrentarse al cambio climático. En su opinión, tan importante como el calentamiento es la malaria o «reducir la pobreza extrema mediante mejoras en la agricultura y la salud». En su extenso ensayo sobre el cambio climático, Bill Gates, además, apuesta por tomar decisiones prácticas, que tengan un efecto sobre la vida de las personas, y no centrarse en los datos sobre la temperatura de la Tierra. «Todo esfuerzo en la agenda climática mundial debería someterse a un análisis y priorizarse por su capacidad para salvar y mejorar vidas de forma rentable», asegura.

En otro de los párrafos de su texto, el dueño de Microsoft, rechaza también la versión según la cual, el cambio climático ha supuesto un aumento de los fallecimientos a causa de desastres naturales. Según sus datos, las muertes directas por desastres naturales han caído un 90% en el último siglo, situándose entre 40.000 y 50.000 anuales, gracias a mejores sistemas de alerta y una infraestructura más resistente.

El documento de Gates finaliza con una reflexión personal sobre sus decisiones al frente de Microsoft. El multimillonario recuerda como hace 30 años ordenó a todos sus empleados que se centrasen en internet, de forma que todos sus productos pudiesen funcionar en la web. Esa decisión pudo salvar la empresa pero pudo tomarse porque solo había una persona al mando, añade el filántropo. Por ello, pide a «la comunidad climática global» que adopte «un giro estratégico». «Se deben priorizar las cosas que tienen el mayor impacto en el bienestar humano. Es la mejor manera de garantizar que todos tengan la oportunidad de vivir una vida saludable y productiva, sin importar dónde nazcan ni en qué clima nazcan».

Las palabras del dueño de Microsoft se han divulgado en un momento estratégico. En vísperas de la COP30, que se celebrará del 10 al 21 de noviembre en la ciudad portuaria de Belém, en la región baja del Amazonas (Brasil). Gates, que ha anunciado que no acudirá al encuentro, era hasta ahora un gurú en este tipo de cumbres globales. Pero el contexto es algo más complejo. El empresario que durante años fue uno de los hombres más ricos del mundo ya anunció a mediados de año que se planteaba cerrar su fundación. Y de forma paralela, el presidente Donald Trump comenzó a cerrar el grifo de USAID, el programa internacional de Estados Unidos de ayudas a los países más desfavorecidos

. En su memorándum, Gates no cita en ningún momento esta situación pero sus propuestas de acción parecen estar dirigidas a paliar el daño que puede ocasionar el fin de las subvenciones estadounidenses. Según la revista científica 'The Lancet', el recorte en el programa de lucha contra el VIH podría causar la muerte de 500.000 niños para 2030. Según 'Nature', las decisiones de Trump al suprimir los programas de ayuda son susceptibles de causar «25 millones de muertes adicionales en 15 años».

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