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Imagen de uno de los equipos formados en un proyecto en Tenerife. C7
Los menores migrantes siguen en fuera de juego

Los menores migrantes siguen en fuera de juego

Integración ·

El deporte se ha convertido en algo fundamental para los jóvenes tutelados por la comunidad autónoma, pero muchos aún continúan obligados a verlo jugar desde las gradas

Ingrid Ortiz Viera

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 21 de enero 2023

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Ver jugar desde un banquillo es difícil. Acaba convirtiéndose en una metáfora de la propia vida, que pasa mientras la disfrutan otros, quizás igual de preparados que el que observa, pero con una oportunidad que por cualquier motivo ha sido negada. Esa frustración es la que describen Ousman, Bintou y Ahmed, todos ellos nombres ficticios, procedentes de Gambia, Senegal y Marruecos.

Son jóvenes migrantes, menores de edad, que llegaron en patera a las islas y cuya tutela recae ahora en el Gobierno de Canarias. Como muchos, han visto en el fútbol una vía de escape a las cargas emocionales que conlleva su situación: el deporte les brinda disciplina, nuevas amistades y una forma de integración en la sociedad isleña. Sin embargo, el contexto les limita por meras cuestiones burocráticas.

Hasta finales del año pasado, una regulación de la FIFA que pretendía impedir un «mercadeo» con jóvenes promesas extranjeras impedía federar a menores no acompañados. Trasladado al contexto de la comunidad autónoma, significa que Ousman, Bintou y Ahmed podían entrenar en el campo pero no competir en las ligas amateur. «¿Para qué nos esforzamos tanto si la respuesta siempre es 'no'?»

  • Una autorización. De las solicitudes presentadas en Canarias desde la modificación de la FIFA, una se ha resuelto favorablemente, otras cinco están en trámite y cuatro más en periodo de subsanación.

La presión de un gran número de colectivos, entre ellos, los propios clubes, asociaciones, las universidades canarias y otros involucrados con la causa, como la jueza de Menores Reyes Martel, consiguieron que los rectores del organismo internacional reformularan el planteamiento –que en un principio solo contemplaba a los refugiados– y permitieran elaborar las fichas a todos menores vulnerables.

En este sentido, desde la Federación de Fútbol de Las Palmas apuntan a que en los últimos meses se están agilizando las gestiones, pero de momento solo se ha autorizado una de las solicitudes presentadas, otras cinco siguen en trámite y cuatro en estado de subsanación de errores.

«Yo he presentado todos los papeles que nos piden y sigo en la misma situación, no sé qué más hacer», explica uno de los chicos, resignado, que cada día pregunta por su ficha a su entrenador en el club de un barrio en la capital grancanaria. «Lo único que queremos es jugar como los demás». Los otros dos, en cambio, no son capaces de esclarecer en qué estado está su solicitud.

Imagen secundaria 1 - Los menores migrantes siguen en fuera de juego
Imagen secundaria 2 - Los menores migrantes siguen en fuera de juego

Atasco

Desde que se envía el informe hasta que se resuelve debe transcurrir un máximo de treinta días. El atasco en este asunto parece venir, por un lado, de las dificultades para recopilar los documentos previos, que varían en función de cada caso y si tienen o no historial deportivo en sus países de origen. Por otro, de la autorización de la FIFA, que con el temor de excederse en esa reciente «laxitud» de la norma, «echa para atrás» fichas, según apuntan algunos entrenadores.

«Se va a acabar la temporada y no vemos dar esos pasos», critica Miguel Llorca, miembro del Aula de Estudios Africanos y profesor jubilado de la Universidad de La Laguna (ULL), con la que ha impulsado por segundo año –junto a la Fundación del CD Tenerife– el proyecto Campus Sansofé. Una iniciativa que reúne a los jóvenes migrantes un par de veces por semana para realizar entrenamientos y por la que han pasado alrededor de un centenar de africanos en distintos grupos.

¿Para qué nos esforzamos tanto si la respuesta siempre es que no podemos competir?», se quejan los jóvenes

«Algunos nos miran suplicando una solución. Se trata de ligas menores, sin ninguna aspiración, no de algo profesional», continúa. Y si bien Llorca admite que entre sus jugadores hay uno, de origen gambiano, que despunta tanto como para que consiga que algún equipo lo fiche en el futuro, no es esta la tónica dominante. «Si quieren jugar a ese nivel es algo que ya decidirán por sí mismos cuando cumplan los 18 y sean independientes; los que entrenamos ahora son niños que disfrutan muchísimo del deporte pero solo quieren jugar».

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