Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 29 de marzo
Leticia Aróstegui
Sin sexo ni enredos: las series miran al amor platónico

Sin sexo ni enredos: las series miran al amor platónico

Grandes historias de amistad protagonizan varios títulos del momento

Sábado, 10 de junio 2023

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Sam y Joel. Sylvia y Will. Midge y Susie. Toby y Libby. Son las parejas televisivas de la temporada y son parejas de amigos. Puede que el amor, el trabajo y la familia sigan copando dramas y comedias pero, dentro de las series actuales, algunas de las más destacadas sitúan la amistad en el centro de sus historias y revalorizan (con gracia, ternura o introspección) este vínculo. Sin enredos sexuales de por medio y sin que el género sea una barrera.

Títulos como 'Somebody Somewhere', 'Platonic', y 'Fleishman está en apuros' parecen trasladar a la pantalla la preocupación que últimamente llena artículos de publicaciones como 'El New York Times' o 'The Guardian': 'Cómo hacer amigos siendo adulto', '¿Por qué a los hombres les cuesta tanto hacer amigos íntimos?' o 'No la quería en mi vida: cómo romper con un amigo'.

Empecemos con una observación importante: además de participar en los grandes momentos, los amigos están en los más mundanos, en esos tiempos muertos en los que la vida transcurre sin épica. En 'Somebody Somewhere', vemos a Sam y a Joel acumular pasos en el parque, cantar canciones en el parking, preparar cócteles en la cocina y asistir a pésimos conciertos en los que tienen que aguantarse la risa. Suficiente para que el espectador note que su amistad es lo más importante que tienen, una esfera de seguridad donde pueden ser ellos mismos, sin cortapisas.

¿Y quiénes son? Pues dos personajes que aparentemente no tienen ninguna semilla aspiracional: Sam -una arrolladora Bridget Everett- es una mujer soltera, obesa y sin ambiciones profesionales que ha vuelto a su pueblo de Kansas. Joel, un hombre gay, bastante más soñador y creyente. Comparten su pasión por la música y su sentido del humor, también conocen las debilidades del otro, esas heridas que aún escuecen y que hay que sondear con tacto. En definitiva, es fácil ver que están platónicamente enamorados.

Esta dupla de mujer hetero y hombre homosexual tiene su propia genealogía (desde 'Will & Grace' hasta 'Sexo en Nueva York'), pero en 'Somebody Somewhere' todo transcurre a ras de suelo. Si algo destaca de esta serie es su capacidad para concentrarse en la parte más trivial de la vida y causarnos, al mismo tiempo, respingos de emoción.

La segunda temporada, que ya se puede ver íntegra en HBO Max, comienza siendo la historia de una amistad y termina siendo la de una ruptura. Cuando Joel empieza a salir con un hombre, prefiere no contárselo a Sam para protegerla, algo que no dará buenos resultados.

Acostumbrados a las grandes pirotecnias, en esta serie los arcos dramáticos pueden parecen insuficientes, pero encierran retos mayúsculos. «Pongo reglas a la gente y tengo unas expectativas injustas porque creo que eso me protege, pero no quiero seguir haciéndolo», le dice Sam a Joel, resumiendo en pocas palabras lo que es vencer el miedo al cambio y a dejarse conocer. Por suerte para nosotros, la tercera temporada ya está confirmada.

La alargada sombra de Harry y Sally

Cambiando la combinación de género y orientación sexual, 'Platonic' nos lanza una pregunta mucho más clásica: ¿pueden un hombre y una mujer heterosexuales ser amigos? Will y Sylvia parece que lo están consiguiendo.

Esta comedia de Apple TV, actualmente en emisión, merece la pena ya solo por dejarnos ver juntos de nuevo a Rose Byrne y a Seth Rogen. Después de la película 'Malditos vecinos', en la que interpretaba a un matrimonio, este dúo cómico vuelve a entenderse a la perfección para encarnar la crisis de los 40 y sacarle jugo al choque entre distintos estilos de vida.

Esta vez hablamos de un reencuentro entre viejos amigos porque Sylvia y Will ya eran inseparables en la universidad. Luego la vida les fue llevando por caminos diferentes: ella ha tenido tres hijos, es ama de casa y vive en las afueras; él gestiona una fábrica de cerveza artesanal y viste con aires modernos (es decir, muy horteras). Polos opuestos que vuelven a juntarse ahora que él está recién divorciado.

en 'Platonic', Sylvia y Will vuelven a ser amigos inseparables
Imagen principal - en 'Platonic', Sylvia y Will vuelven a ser amigos inseparables
Imagen secundaria 1 - en 'Platonic', Sylvia y Will vuelven a ser amigos inseparables
Imagen secundaria 2 - en 'Platonic', Sylvia y Will vuelven a ser amigos inseparables

La primera quedada es un tanto torpe, pero ya no habrá marcha atrás: el hecho de que ambos estén atravesando una crisis desencadena la necesidad de buscarse el uno al otro para recordar quiénes eran años antes, quiénes soñaron ser. Will anima a Sylvia a sacudirse de encima los estereotipos de 'mamá de las afueras' y ella le ayuda a él a reubicarse tras la ruptura. También montan en patinete, se drogan y roban mascotas. Rejuvenecen y reconectan a base de aventuras y, de momento, creando ciertas inseguridades en sus otros círculos. ¿Les pasará factura? Aún quedan seis episodios para saberlo.

Curiosamente, en 'Fleishman está en apuros' también es un divorcio lo que permite otro reencuentro entre amigos universitarios. A raíz de su separación, Toby (Jesse Eisenberg) ve cómo su vida se rompe en pedazos y se refugia en su antigua pandilla, Libby y Seth.

El personaje de ella (Lizzy Caplan) nos puede recordar a la Sylvia de 'Platonic' y es que, aunque esta serie tenga un tono mucho más dramático, sí comparte con aquella detalles argumentales que reflejan las dificultades (logísticas pero también afectivas) para compaginar hijos, matrimonio y amigos.

De nuevo encontramos a una mujer que, pensando en el bienestar familiar, ha acabado en una urbanización, siendo ama de casa y sintiéndose encerrada en un molde vital que le queda estrecho. Cuando Toby aparece, Libby lo acoge como una posible vía de escape, empujada no por el deseo sexual hacia él, sino por el rechazo a la vida que lleva, como una oportunidad para plantearse la pregunta que en el fondo lleva tiempo queriendo hacerse: ¿cuándo decidió renunciar a sí misma?

Una amistad que no conduce al sexo

La serie de Disney +, adaptación del libro homónimo de Taffy Brodesser-Akner, explora esta relación a medida que avanzan los capítulos. Quizá tradicionalmente «explorar» una amistad equivalía a añadir a la batidora un poco de tensión sexual, pero eso no sucede aquí.

La afinidad entre personajes heterosexuales -viene a defender la serie- también está mediada por ejemplo por la maternidad y la paternidad o por las ambiciones profesionales. No solo y necesariamente por el sexo. Que Libby termine descubriendo puntos en común con Rachel, la exmujer de su amigo, le permite tomar distancias y reencuadrar su aprecio por Toby.

Por último, aunque el caso de Midge y Susie ya lo conocíamos, el final de 'La maravillosa señora Maisel', que puede verse en Prime Video, nos ha confirmado que su relación es el pilar de estos personajes. Se conocían en el primer capítulo (estrenado allá por 2017), cuando Midge se lanzaba a hacer comedia en vivo y Susie se convertiría en su agente. Recordemos el contexto: años 50, Nueva York y dos mujeres intentando hacerse un hueco en un mundo tan masculinizado como el del 'stand up'. Desde entonces, muchos éxitos y también batacazos profesionales y personales.

Sin embargo, la última temporada de la serie, estructurada a base de 'flashfowards', nos dejaba ver que en el futuro Midge y Susie se enfandarían por cuestiones de dinero, mafia y malas decisiones, augurando que amistad y negocios no suelen llevarse bien. Por suerte, el capítulo final esconde una reconciliación que vuelve a restaurar su incondicionalidad.

Esta escena no pertenece a ese desenlace, pero sí al último episodio: Midge está haciendo su monólogo triunfal en televisión y al mirar hacia las gradas del plató se topa con los ojos de Susie, orgullosa. En ese momento bien podrían sonar las palabras de otra gran historia de amistad entre mujeres, 'Frances Ha', cuando el personaje de Greta Gerwig describía así su relación con su mejor amiga: «Es como cuando miras al otro lado de la habitación y te cruzas con su mirada, pero no porque seas posesiva o sea algo sexual, sino porque esa es tu persona en esta vida». Lo dicho, Midge y Susie.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios