Desde mi sofá
La playa pide auxilioLas colillas, nuevas y viejas, y la suciedad es atroz en el arenal de Las Canteras, que parece que se ha mimetizado con la suciedad atroz que reina en las calles de la capital grancanaria
Las dos semanas de ola de calor con los que nos regaló este mes de octubre y el tramo final de las vacaciones obligaban a ... convertir la playa, bajo una sombrilla, en una de las pocas vías de escape en el archipiélago para no derretirse en casa.
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La elegida fue Las Canteras. Fueron bastantes días y siempre por la misma zona. No soy muy playero, así que la lectura de varios libros, la charla, los chapuzones refrescantes y la observación del entorno ocuparon el tiempo. El repetir enclave en la arena no solo permite ver cómo se manejan por esos lares algunos ejemplares de la fauna local y foránea. También facilita comprobar de primera mano el estado de la playa.
El agua estaba cristalina. La arena... a años luz. La suciedad de la ciudad ya ni es noticia. Es notoria y toda la ciudadanía, salvo los responsables del Ayuntamiento que deben haber perdido el olfato y la vista, ya tiene asumido que hay que convivir con esta atrocidad. Las calles son un asco. Pero lo que no esperaba es que la uniformidad del trazado urbano de la capital grancanaria se hubiese trasladado a su joya de la corona. La arena muestra un cúmulo de colillas (nuevas y con semanas sobre el terreno), papeles y restos alimenticios humanos de todo pelaje.
Y no caen el cielo, porque alrededor de quien esto escribe los fumadores (de tabaco y otras sustancias) camparon a sus anchas, a pesar de que está prohibido hacerlo. La megafonía no lo advierte, la cartelería es casi inexistente y las fuerzas del orden ni están ni se espera por ellas. Esta playa ha perdido la bandera azul. Salvo milagro, el año próximo no la recupera, visto su abandono.
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