Llega el Adviento
Les animo a todos Uds. en estos días a encender la esperanza en nuestras vidas
Francisco Martel
Sacerdote
Lunes, 4 de diciembre 2023, 23:09
Amigos lectores-as, la Navidad está ya muy cerca y en estos días millones de cristianos nos preparamos a celebrar el nacimiento de Jesús a quien acogemos iluminando nuestras calles y nuestras casas.
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Hace poco leí un cuento que decía lo que sucedió en una casa en la que habían encendido ya las 4 velas de la corona de Adviento y que a medianoche se oyó la primera vela gritar con tristeza: «Me llamo paz. ¡Óiganme, porque estoy viendo que mi luz no brilla debido a que los hombres no viven en paz y ellos no me quieren», y luego la vela terminó apagándose. Más tarde la segunda fela dijo también así: «Escuchen, que yo soy la luz de la fe, pero noto que aquí estoy de más viendo que los hombres ya no creen en Dios, sino que sólo creen en las cosas materiales y en los dioses que están ahora de moda, y esto me hace sentir que ya no tiene sentido de que yo siga encendida». Y luego, poco a poco, se fue apagando.
La tercera vela dijo entonces con voz apagada: «Miren, por favor, que yo soy el amor, pero estoy viendo que ya no tengo fuerzas para seguir brillando porque los hombres me han echado fuera ya que ellos sólo piensan en sí mismo y no en los demás, sin darse mutuamente amor», y la vela al momento también se apagó.
A esto entró el Niño cantando alegre en la habitación para ver por última vez en la noche las velas de la corona encendidas y, al ver que todas estaban apagadas, se quedó asombrado y lleno de tristeza les dijo: «Queridas velas, díganme: ¿qué les pasa, que ahora están apagadas? Recuerden que Uds. tienen que dar siempre luz y no se pueden ir apagando poco a poco».
Entonces se oyó que la cuarta vela con voz firme y segura dijo al niño con lágrimas en los ojos: «¡Pequeño niño, no tengas miedo, porque mientras yo esté encendida nada está perdido ya que podremos encender nuevamente las otras velas porque siempre mi nombre es... esperanza».
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Dicen que entonces el Niño sonrió y, cogiendo una cerilla encendió la vela que se llamaba esperanza, y, acercándola a las otras 3 velas, consiguió que todas ella volviesen a arder y a lucir con más brillo que antes.
Amigos-as: les animo a todos Uds. en estos días a encender la esperanza en nuestras vidas porque de nuevo llega la Navidad, que nos trae la paz que todos necesitamos para vivir mejor. Ah, les invito también a no olvidar que el sacramento de la confesión nos espera, ya que él nos limpia de nuestros pecados y nos prepara bien para vivir esta gran fiesta de Dios que nace de la Virgen María trayéndonos a todos la paz.
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