Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 5 de diciembre de 2025
Integrantes de la Policía peruana custodian durante una protesta el 15 de octubre en Lima (Perú). EFE/ John Reyes Mejia
Opinión

Un país infeliz

No es cierto, ni siquiera fue un homicidio… Me estremece su origen: del populoso distrito de San Martín de Porres en Lima, del cual provengo

Juan Manuel Chávez

Vicerrector de Extensión y Vida Universitaria en la Universidad del Atlántico Medio

Martes, 21 de octubre 2025, 23:17

Cuando el ministro del Interior en el Perú, como es Vicente Tiburcio, se remite a las marchas masivas del pasado 15 de octubre contra el ... gobierno y afirma lo siguiente: «los más violentistas que han sido, han sido de una universidad, que han sido de la San Marcos» está haciendo una operación de comunicación que se conoce como Gaslighting, que es un tipo de manipulación emocional.

Publicidad

Así, el ministro del nuevo régimen establece un señalamiento de honda connotación negativa sobre el estudiantado y su casa de estudios. De este modo, individuo e institución son estigmatizados para el debate de la ciudadanía. Entonces, la universidad más antigua y emblemática del país, que pronto cumplirá sus 475 años, es presentada en los medios masivos como un problema social. Hay avidez por descreditarla. «El papel de los intelectuales es desafiar a la autoridad, no servirla» dice Noam Chomsky; es el tipo de pensamiento crítico que se cultiva en San Marcos (como en otras instituciones de formación superior en el mundo), son los principios y valores de una historia educativa y de resistencia que ningún gobierno de turno podrá mancillar ni deshonrar.

Lo que sí es un genuino y repugnante problema social es que un policía mate a un manifestante, tal como ha declarado el jefe de la Policía Nacional del Perú sobre el disparo a quemarropa de uno de sus efectivos; si bien Óscar Arriola pidió perdón «en el nombre de los 140 000 policías», esta solicitud de clemencia colectiva no resucita a Eduardo Ruiz Sanz (32 años, músico, padre de un pequeño). Me entero en la prensa sobre él: su nombre artístico es Trvko y se movía en la escena urbana. Leo que murió. Leo que falleció. No es cierto, ni siquiera fue un homicidio… Me estremece su origen: del populoso distrito de San Martín de Porres en Lima, del cual provengo. Y en la capital del país, a su edad, yo también iba a las marchas contra los regímenes sin representación ciudadana. Este asesinado pude ser yo, pudiste ser tú.

Decía Mary W. Shelley que «Si la mentira se parece tanto a la verdad, ¿quién puede estar seguro de alcanzar alguna felicidad?». Más allá de todas las dudas razonables, la desinformación entre un hecho u otro de las marchas, el Gaslighting institucionalizado, está una verdad monstruosa y profunda de estos días en el Perú: el asesinato a un compatriota que protestaba. Que la población en pleno condene esta tragedia, sin añadirle peros, es un modo de avanzar por el bien común; condolernos por entero también sería una forma de presionar a las autoridades civiles y policiales para que emprendan, al fin y sin vuelta atrás, un urgente proceso de renovación y enmienda social.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad