Me sorprendió, para bien, la franqueza con la que la flamante alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, reconocía algunos de los muchos ... déficits que existen en la ciudad en la reciente y completa entrevista que le realizó este periódico.
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Asumió, por ejemplo, que el Ayuntamiento necesita renovar por completo su estructura administrativa, para, entre otras cosas, poder ser útil al ciudadano en lugar de ser un quebradero de cabeza ante cualquier gestión, por muy menor que sea.
También admitió que el contrato de la gestión indirecta de la limpieza necesita una revisión, pues es evidente que muchos barrios llevan ya muchos años rodeados de suciedad con una naturalidad preocupante, más allá de los guarros de siempre, que eso no es de competencia municipal y hacen más daño del que creemos.
La alcaldesa apuntó como una prioridad recuperar El Confital, que le guste más o le guste menos, sus compañeros de partido y socios han dejado caer como si eso no fuera una de las grandes joyas naturales de la ciudad. Igual que recuperar la bandera azul para Las Canteras, algo fundamental para poder decir con todas las de la ley que es una de las mejores playas urbanas del mundo. Ahora lo podemos seguir diciendo, pero un poco más bajito por la incompetencia de algunos.
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Darias tiene trabajo, pero al menos lo sabe, desmarcándose del discurso fácil que hubiera sido decir que se lo ha encontrado todo perfecto para defender a los suyos. Y ojalá, como dijo, sea una alcaldesa de la calle y los barrios para que sigan siendo eso, barrios. Y como a ella, se me viene a la cabeza La Isleta.
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