El caso Valka y la primera decisión política. Empezaba a ser indefendible la continuidad de Marina Más al frente del día a día de ... la empresa municipal Geursa y el grupo de gobierno de la capital grancanaria ha hecho, aunque tarde, lo que debía. Va por delante la presunción de inocencia, como también el incuestionable derecho de la que era gerente de Geursa a defenderse como mejor considere, pero precisamente para esto último es comprensible que aparcase otras obligaciones, que no eran precisamente menores:la gestión de la empresa que planifica el urbanismo en la primera ciudad del archipiélago. Desde el momento en que la propia Geursa adquirió la condición de investigada, la continuidad de Marina Más en el cargo era insostenible. La puntilla, según la versión municipal, es el último auto judicial reclamando más documentación y poniendo también el foco en qué hizo Geursa ante las denuncias de sus trabajadores, pero no deja ser una excusa. Se trata, por tanto, de un cese que, al acometerse tardíamente, da la impresión de ser un cortafuegos.
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El pleno de las Cortes valencianas. Mazón subió a la tribuna a dar explicaciones sobre la gestión de la crisis provocada por la DANA, con el anuncio de remodelación de su equipo y de la creación de una comisión de investigación, solo sirvió para confirmar que entre los partidos políticos no hay voluntad de consenso, sino precisamente todo lo contrario. En el guion entraba que el PSOE y Compromís fuesen muy críticos con Mazón, así como que este cargase contra el Gobierno de Pedro Sánchez y en especial contra la todavía vicepresidenta y aspirante a comisaria europea Teresa Ribera. Pero lo que sorprendió fue la contundencia de Vox con quien fue su exsocio de gobierno y todavía lo es a la hora de la articulación de una mayoría de gobierno. El partido de Abascal también ve a Mazón tocado y trata de sacar rédito.
Complicaciones para Begoña Gómez. El derecho a no contestar en una comisión de investigación por parte de una persona que está imputada en un procedimiento judicial está más que reconocido legalmente, pero eso no quita para que la impresión popular sea la de no quiere contribuir a la debida transparencia. Si a eso añadimos lo que se va sabiendo sobre cómo gestiona Begoña Gómez su famosa cátedra y el hecho de que contase con los servicios de personas pagadas con los Presupuestos Generales del Estado, pues el resultado es la sensación creciente de que se le va complicando el asunto. Callar dejó de ser una buena opción hace tiempo.
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