El artículo. Antonio Morales suele tomar un descanso navideño en sus artículos semanales de opinión pero, leyendo el de este domingo, da la sensación de ... que se pasó las fiestas dándole vueltas a la cabeza a la situación de Nueva Canarias. Es más, en su artículo menciona que no son pocos los que en estas semanas se han dirigido a él pidiéndole una solución o, al menos, un intento de mediación. Ya se sabe que dos no pelean si uno no quiere, a lo que se puede añadir que no cabe mediación cuando las dos partes no están por la labor de deshacer sus diferencias. Morales dio hondura ideológica a su reflexión, situando lo que acontece en NC en un contexto donde las ideologías progresistas parecen en declive ante el auge de las tesis conservadoras y, sobre todo, las de ultraderecha. Es en esa tormenta de extremos donde Morales cree que es más necesario mantener la unidad en NC, aunque con cambios orgánicos y menos personalismos. En resumen, con más altura de miras y más responsabilidad. ¿Llega a tiempo Morales con su artículo? Esto es como los partidos de fútbol: hasta que el árbitro pita el final, siempre hay tiempo. Pero si los futbolistas no se lo toman en serio, no habrá nada que hacer. Y en NC parece que las dos partes son felices con la fractura.
Publicidad
La inmigración. El cónclave de Alberto Núñez Feijóo con los barones territoriales del PP acaba con un nuevo jarro de agua fría a una solución inmediata al problema de la saturación en la acogida de menores migrantes no acompañados en Canarias. Da la sensación de que Feijóo no quiere incordiar a algunos de sus líderes autonómicos, en especial a los que han hecho suyos sin disimulo alguno la tesis de Vox de que el mejor inmigrante es aquel que no llega. Veremos ahora si los socialistas dan un paso al frente y presentan el decreto que plantea desde hace meses Fernando Clavijo y que podría tener el apoyo del PNV y (ya veremos) de Junts.
El hermano. Cuando surgió el caso de Begoña Gómez, Aitor Esteban, portavoz del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso y poco dado a los excesos dialécticos, le dijo a Pedro Sánchez que, al margen de presuntas ilegalidades, había cuestiones de índole moral que eran difíciles de justificar. Viendo la declaración del hermano de Sánchez en sede judicial, el comentario encaja la perfección. Será la justicia la que nos diga si el nombramiento para un cargo público se ajustó a la legalidad, pero que el interesado fuese incapaz de concretar a dónde tenía que ir para trabajar y cuáles eran sus funciones exactas no tiene defensa alguna.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión