Veremos qué pasa hoy en el Tribunal Supremo. El exministro y todavía diputado José Luis Ábalos y el que fuera su asesor, Koldo García, están ... citados para decidir su futuro a la vista de que al primero la Fiscalía le pide 24 años de cárcel y al segundo 19 y medio por las presuntas comisiones en relación con los contratos de suministro de material sanitario en la pandemia. Las acusaciones populares elevan esas peticiones hasta los 30 años.
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En ese contexto, Ábalos parece que ha decidido tirar de la manta y este miércoles ya ofreció un primer avance. Se abonó a la tesis adelantada por Koldo García de un encuentro secreto entre Pedro Sánchez y Arnaldo Otegi en 2018 para pactar el apoyo de Bildu a la moción de censura que sacó a Mariano Rajoy de La Moncloa y abrió el ciclo de poder de los socialistas. Sánchez negó ipso facto ese extremo y lo mismo hizo Otegi, pero Koldo se ha ratificado en ello y, a falta de más leña, ha aparecido Ábalos para contradecir al que fuera su amigo Sánchez.
De entrada, uno se pregunta qué tiene que ver el asunto de la reunión con Otegi con la instrucción penal por presunta corrupción relacionada con las compras de mascarillas. Como también creo que Sánchez es un ingenuo si ha mentido y cree que la verdad no va a salir a flote, mayormente porque me cuesta encontrar un argumento para negar la reunión: si Bildu apoyó la censura en su día, no creo que lo hiciera por repentina devoción a Sánchez sino porque hubo una negociación con ellos. Es más, también ha habido conversaciones, reuniones y fotos de destacados dirigentes del PSOE con Carles Puigdemont, cosa todavía más cuestionable si tenemos en cuenta que es prófugo.
Desde el punto de vista humano, posiblemente Ábalos lo está pasando mal porque se ve a un paso de entrar en la cárcel. La verdad es que no me da pena y si su juego ahora es insinuar, señalar un poco y contar la mitad de lo que sabe o hacerlo por píldoras, pues creo que lo mejor es que pase un tiempo entre rejas. Este juego de 'cebar' un ejercicio de transparencia en función de las necesidades del momento tendrá su explicación desde el punto de vista procesal, pero no deja de ser lo más parecido a un chantaje a terceros y, sobre todo, al conjunto de la sociedad.
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Y a la inversa: no tiene defensa alguna que el PSOE no cuente todo lo que sabe de Ábalos y en especial que Sánchez siga sin explicar por qué lo relevó en su día como ministro y como su mano derecha en el partido. Esa manta también quiero que se levante.
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