Vuelca un cayuco en El Hierro: Escrito con las tripas
No ocultemos las imágenes de La Restinga, no las maquillemos, no las pixelemos
Aviso al lector: esto está escrito con las tripas, con el hígado o con el corazón. Elija cada cual el órgano que prefiera. Y está ... escrito con una pantalla delante, pero no con una que me cuenta cómo hacer un pastel, la última carantoña de un perrito con un bebé o el traspiés de un alguien a miles de kilómetros de distancia de donde estamos cuando cruzaba la calle. Lo que está delante es una pantalla de televisión que recoge la imágenes de hombres, mujeres y niños tratando de evitar la muerte al volcar el cayuco que era remolcado a La Restinga, en El Hierro.
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Y como está escrito casi en directo, no me detengo en qué sucedió en el vuelco, si fue porque los inmigrantes entraron en pánico -hay tristes precedentes de ello- o si falló algo en el operativo. Para eso habrá tiempo. No dejemos que ese árbol nos impida ahora ver el bosque. Es más: hagamos el ejercicio de cerrar los ojos y pensar en esa situación cuando se produce en medio del inmenso océano Atlántico y no hay una embarcación de Salvamento al lado para evitar que el vuelco acabe en una tragedia total, con todos los ocupantes fallecidos. De eso también hay precedentes y lo trágico es que de muchos de ellos ni nos enteramos, porque no hay un solo superviviente para relatarlo.
Recomiendo a quien no haya visto las imágenes que las contemple. De hecho, ya están tardando los centros educativos en ponerlas para que las vean los alumnos, a sabiendas incluso del mal trago, pero ya que reciben otros impactos informativos -¿o 'deformativos'?- que tratan de hacernos ver que hay una invasión, que se está ejecutando un reemplazo silencioso y perverso de nuestra civilización, pues no está de más que se vacunen contra el odio y la mentira viendo la realidad. Por eso mismo, no la ocultemos, no la maquillemos, no las pixelemos...: son seres humanos que se agobian por seguir vivos. Porque su único delito es ese. No hay más.
Y cuando empecé a escribir, en una de las televisiones estaban entrevistando a un eurodiputado que, ¡oh casualidad!, estuvo la víspera en El Hierro. Y, ¡oh casualidad!, es de esos que cree que el mejor migrante es aquel que no existe, esto es, el que no sale de su país. O el que se le detecta en la travesía y un barco militar lo obliga a dar la vuelta, asumiendo que en ese caso el riesgo de que fallezcan en la travesía crece exponencialmente. Como soy ingenuo, llegué a pensar que lo mismo el hombre cambiaba de opinión viendo las imágenes. Pero ni así: en los corazones de hielo no cabe la humanidad.
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Descansen en paz los fallecidos pero no sigamos viviendo la 'paz' de pensar que esto no sucede o que esto no hay que verlo.
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