Una trabajadora de una residencia de la tercera de edad de Azuqueca del Henares, en Guadalajara, ha sido despedida de manera fulminante y denunciada ante ... la Guardia Civil tras conocerse que había difundido un vídeo en el que hacía comentarios vejatorias sobre una residente, una mujer que murió pocos días después de la grabación.
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Pese a lo crudo del asunto, conviene buscar el vídeo y verlo porque revela hasta qué punto estamos llegando en este mundo donde se piensa que lo importante es buscar un 'like' en una red social. La trabajadora, que se ve más preocupada por su imagen que por las personas a las que atiende, empieza señalando que tiene que dedicarse a ponerse más guapa, para luego confesar ante la cámara lo siguiente: «Me da tan mal rollo venir a darle de comer a esta mujer. Parece que sale de una peli de miedo, tía. Quedarme con ella a solas, es que, me da un chungo. Está más muerta que viva. Me da mucho miedo de esta tía». Además, gira el móvil para que se vea el puré de la cena y su comentario sobre el menú es «esto», con un mohín de asco.
Ahora, la trabajadora dice que también ha ido a la Guardia Civil a denunciar que se siente acosada y que todo fue una «broma». La verdad es que viendo el vídeo cuesta encontrarle la gracia al asunto y uno se pregunta si cuando aceptó el contrato de sustitución en la residencia no sabía que la vejez, aunque sea un proceso natural, puede impactar en algunas personas. Sobre todo en las que tienen poco corazón y demasiados filtros digitales para parecer (o pensar que lo son) más guapas.
Si sangrante es lo ocurrido, tanto o más es el hecho de que ese vídeo de marras se puede subir a una red social sin mayor problema. Sin embargo, buena parte de esas redes penalizan a quienes, por ejemplo, incluyan imágenes de fallecidos en combate, ya sea en Ucrania o en Gaza, por mencionar dos conflictos latentes. Se puede viralizar la tontería e incluso la crueldad, pero no la verdad, por dolorosa que sea. En especial se deja fuera aquella verdad que resulta incómoda...
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Es parte de la anestesia que se va inoculando en una sociedad que confunde la realidad con pasar el dedo de una pantalla. Por eso mismo aplaudo lo que le ha pasado a esta empleada. Como es joven, tiene tiempo para reflexionar sobre lo ocurrido, cumplir la penitencia y expiar sus pecados. Y si hace firme propósito de enmienda, como antaño, quizás debería apagar el móvil una buena temporada y entregar su tiempo a atender a las personas mayores.
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